Domingo a la noche, culmina una semana muy intensa en lo personal. Ahí va la enumeración de 10 hechos y noticias, aunque quedaron algunos afuera:
- Por una inundación en el edificio que anegó por completo cocheras y depósitos y bauleras tuve que arrojar entre el miércoles y hoy todos mis instrumentos de percusión, todos mis libros que esperaban por una biblioteca en el departamento donde nos mudamos en septiembre pasado, gran parte del archivo personal y laboral.
- Comencé a reconstruir los álbumes de fotos familiares y refotografiarlos antes de tirar las copias en papel, al igual que algunos comprobantes personales.
- Fotografié todos los diseños de indumentaria y otras cosas en papel de María, mi hija fallecida, antes de tirarlas en una bolsa.
- El miércoles y el jueves cumplí un anhelo, y por duplicado: ver en vivo y en directo a Roger Federer, el mejor tenista de la historia. El jueves lo hice con mis queridos colegas Enrique Garabetyan, Pablo Martín Fernández y Leonardo Barbieri.
- El miércoles se confirmó mi participación en la feria tecnológica CES en enero próximo en Las Vegas, EEUU, por segundo año consecutivo, tras la cual estaré unos días de vacaciones por California.
- El viernes a la noche fui con mi hija a ver en el barrio porteño de Floresta el estreno de una obra teatral donde participan mis amigos Alejandro y Lizzie Bedrossian.
- Luego de la obra teatral, el viaje de regreso con uno de los tipos que más quiero y me enriquece con sus palabras y hechos: Pablo Martín.
- El sábado a la noche, también con Agustina, disfrutamos el recital de Madonna en el estadio Monumental, previa cena de pizzas en La Guitarrita de Nuñez.
- El reencuentro antes del recital en pleno campo del Monumental con Martina Rúa, y luego de la música de Madonna con Irina Sternik, ambas queridas amigas y colegas.
- El domingo a la mañana, un tiempo de especial de alabanza y adoración a Dios por primera vez sin los instrumentos de percusión que me acordaron por 30 años.
(Nota al margen: entre el miércoles y este domingo, dormí un promedio de 4 horas y media diarias. No lo recomiendo, estoy por esa falta de descanso con un resfrío).
Luego de la enumeración de estos diez hechos recordé, por una asociación numérica, no de parecidos, los 10 cuentos del disco «Ten Summoner’s Tales» de Sting, un compositor y cantante brillante, que aprecio desde sus tiempos en The Police.
Acompañado por una banda de excelentes músicos (si sos baterista, puedes apreciar la técnica de Vinnie Colaiuta), Sting recrea en este disco grabado en 1993 sonidos de una Gran Bretaña antigua, feliz y danzante.
Incluye famosas canciones como «Ir I Ever Lose My Faith In You«, «Fields of Gold» y «It’s Probably Me«, aunque el resto tiene su encanto. Las letras están llenas de misticismo, evocaciones al amor y a la vida cotidiana.
Cuando escuché este disco por primera vez, en 1993, vivía un hermoso tiempo personal y laboral. María tenía dos años y había nacido Agustina, y trabajaba en la mejor redacción que integré hasta ahora, la de la agencia de noticias Interdiarios, con muchos compañeros y colegas que me honraron eligiéndome como uno de los delegados sindicales, y con los cuales sigo relacionado aunque no nos veamos seguido.
Todas las personas mencionadas en esta nota (a excepción de Sting, claro) son, como me dijo una amiga hace un par de semanas, «amigos que han permanecido a mi lado siempre (…) cuando nos vemos pues siempre hay cariño».
En YouTube encontré esta película con las grabaciones de este disco:
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=KkLiFuRivzY&w=640&h=480]Hermoso corolario musical para una semana intensa.