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Religión

No eres el Dios de quienes matan

By 18 septiembre, 2014abril 17th, 2022One Comment

Dios de los manantiales y de los desiertos,
Dios de las arenas calientes y de los frescos valles.
Dios en tiempos de sequías y en tiempos de aguas abundantes.
Dios de los momentos calmos
y Dios en el instante de la lucha cruel e injusta.
Dios de los niños y niñas que sonríen
y Dios de los ancianos y ancianas que aún esperan en ti.
Dios de la mano extendida, generosa,
y de la mirada cálida, tierna.
Dios del camino, compañía de quienes peregrinan
por sendas de justicia en busca de la paz.
Dios, tantas veces confesado, siempre buscado,
Dios en quienes descansamos, refugio,
fuente de plenitud y de esperanzas.
Eres nuestro Dios, ¡danos tu salam, tu shalom, tu paz!
Permítenos vivir en nuestras casas, cultivar nuestros campos,
ver crecer a nuestros hijos, soñar con nietos jugando en las colinas,
mirar el horizonte sin murallas ni alambres
ni rejas ni prejuicios ni odios que nos marginen.
Déjanos creer que mañana veremos un nuevo día
sin el sonido de bombas asesinas
ni los gritos desesperados de quienes mueren
muertes tan horrendas, tan injustas, tan innecesarias.

Un iraquí llora en un hospital de Kirkuk, en el cuerpo de su hija asesinada por una explosión de coche bomba, en julio de 2011. Fuente: Wikimedia.

Un iraquí llora en un hospital de Kirkuk, en el cuerpo de su hija asesinada por una explosión de coche bomba, en julio de 2011. Fuente: Wikimedia.

Ayúdanos a gritarle al mundo que no eres el Dios
de quienes desprecian la vida de sus hermanas y de sus hermanos,
que no eres el Dios exclusivo de nadie,
que no eres el Dios de quienes hacen de su religión un ciego fanatismo,
que no eres el Dios que se anuncia en discursos que promueven odios
y mucho menos el que llega en un misil teledirigido,
en la granada que destruye, en la bala que mata.
No, no eres del Dios que promete tierras especiales a nadie,
porque eso lleva a la exclusión y al exterminio de otros.
Eres el Dios de la tierra compartida, de la solidaridad,
el Dios que se ocupa de los pequeños y las pequeñas,
el Dios del “pan nuestro”, el de la vida abundante,
el Dios del Reino del encuentro, donde cabemos todos, todas,
donde hay espacio para cada persona
que te ama en el amor que le profesa a sus semejantes.
Ay, Dios, no eres el Dios de quienes matan. Jamás lo serás.

Gerardo Oberman

Fuente: Red Crearte.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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