El McDonell Douglas S80 parecía un “ciber” en el aire. El avión de American Airlines iba de Dallas-Fort Worth a San José, la capital del Silicon Valley, en los Estados Unidos. Conté 20 dispositivos, entre notebooks (no vi netbooks) y tabletas como iPad, Galaxy y Playbook (una sola). Y no incluí ni a los Kindle en sus diferentes sabores, ni a los teléfonos móviles como el Galaxy S II o los BlackBerry o iPhone que alcancé a ver el 8 de noviembre de 2011. La mayoría de las portátiles y tabletas reflejaban en sus pantallas navegaciones por la web, cotizaciones de bolsa, administración de correo electrónico.
Todas estas actividades eran posibles porque el vuelo incluía conexión a Internet. Una red Wi-Fi “iluminó” la cabina del avión durante casi todo el viaje que duró algo más de 3 horas. Un servicio imprescindible para quienes trabajan en la industria tecnológica, porque necesitan estar conectados en forma permanente.
El servicio cuesta 9,99 dólares el vuelo, se paga con tarjeta de crédito incluso estando a bordo. Incluye acceso a redes virtuales privadas (VPN, siga en inglés). Hay paquetes para viajeros frecuentes.
Puedes ver fotos que tomé de la folletería del servicio y de computadoras conectadas en este álbum en Flickr:
Un detalle para destacar: está prohibido en forma expresa el videochat y las llamadas telefónicas por Internet, para evitar molestias al resto del pasaje. Cuestiones de etiqueta tecnológica que deberían extenderse también en la telefonía y la Internet «terrícola» (mejor escrito, terrestre) .
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