Valoro aquellas personas que trabajan en agencias de relaciones públicas y en las áreas de prensa de organizaciones empresarias, gubernamentales y ONG que respetan mi tiempo escaso y que buscan aportar a mi tarea con noticias atractivas para las audiencias de los medios donde trabajo.
Estimo a los mal llamados «prenseros» que cultivan la relación con los periodistas y sus medios, mucho más allá del mero envío de gacetillas, convocatorias a reuniones de prensa y propuestas de entrevistas personales.
Aprecio a los profesionales de las relaciones públicas que se preocupan por leer los medios donde trabajo, conocen sus líneas editoriales y siguen mi trayectoria.
Reconozco en forma positiva a los agentes de prensa que son proactivos en proponer ideas para notas interesantes para la audiencia de los medios donde trabajo.
Valoro a quienes no me intentan engañar ocultándome información, ofreciéndome una exclusiva que leí el día anterior en otro medio, o que me reenvían comunicados como nuevos, o me mandan anuncios después de realizar notas en otros medios.
Aprecio a quienes convocan a la prensa y empiezan y terminan la actividad de acuerdo al horario anunciado.
Completaré esta lista más adelante pero no quiero que siga pasando el tiempo sin destacar los buenos ejemplos en lo que se refiere a la relación entre organizaciones y periodistas.