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PeriodismoPersonal

¿Por qué soy periodista?

By 7 junio, 2012junio 17th, 2015No Comments

¿Por qué soy periodista? La pregunta me la propuso mi colega Alejandro Duchini para su recomendable blog Libros y Pelotas , que edita junto a Christian Hoerth. Aquí te comparto mi respuesta a esa pregunta, con algunos agregados que hice para este blog:

Porque es mi vocación, que descubrí entre el fin de la enseñanza primaria y el inicio de la secundaria, en la Escuela «Mariano Acosta» en Buenos Aires.

Esa vocación fue confirmada con experiencias como cronista en el propio colegio, en la última dictadura militar; en iglesias evangélicas donde me congregaba en la década del ’80; y luego en programas deportivos en las radios Antártida y El Mundo, y de “interés e información general” (eufemismo por “inclasificable”) en radio Belgrano, en los primeros años de la actual etapa democrática.

Siempre agradezco a Dios porque puedo trabajar y vivir de mi vocación, en este caso en el periodismo, “el oficio más bello del mundo”, frase del escritor francés Albert Camus y divulgada por su colega colombiano Gabriel García Márquez.

Pero más allá del oficio, capturé un valor agregado, común a otros trabajos, que son las relaciones interpersonales que se establecen en un ámbito laboral, con sus luces y sombras.

Como dice el proverbio, «el hombre se afila en el trato con el hombre«. Y puedo ratificarlo al repasar 25 años de trabajo ininterrumpido en redacciones de medios de Buenos Aires.He visto casi todas las virtudes y miserias del ser humano en las redacciones. Y coloco a esa escuela laboral al mismo nivel que la formación que recibí en la universidad.

Las redacciones fueron los lugares donde compañeros de trabajo tomaron el fuego de mi vocación y lo avivaron con buenos consejos y correcciones.

Esos compañeros me mostraron con hechos y palabras el camino que debía seguir para que el principal capital que tenemos como periodistas, la confianza del lector, oyente, televidente, no se dilapide y pierda por errores y pecados éticos.

En las redacciones también entendí que los periodistas, al igual que el resto de los trabajadores, no somos llaneros solitarios y solipsistas, sino que formamos parte de la clase trabajadora.

Hoy el oficio está atravesado por diferentes crisis, que se refleja en las palabras, esa materia prima tan bastardeada por los propios periodistas: no se habla de «notas» sino de «contenidos»; no se habla de editores sino de «curadores de contenidos». La sobreabundancia de datos e información amenaza con ahogarnos; los cambios tecnológicos van mucho más rápido que nuestra capacidad para adaptarnos; las empresas periodísticas forman parte de emporios con múltiples intereses ajenos al periodismo y buscan maximizar sus ganancias a toda costa. Y las organizaciones gubernamentales no están exentos de esto.

Si quieres abundar más sobre esta crisis, sugiero leer estos comunicados de la UTPBA y FOPEA y este artículo de Ezequiel Fernández Moores, y ver y escuchar este video de este respetado cronista junto a mi querido amigo y compañero Ariel Scher:

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=dC8TYe-7SVs&w=640&h=360]

Como consecuencia de esta crisis, se dan casos como los de colegas y compañeros míos. Con trayectorias profesionales y laborales y académicas impecables, algunos de ellos me comentaron en mayo su impresión personal de que «el periodismo nos empuja a dejar el periodismo» para dedicarse a otras actividades conexas pero que no son propias del trabajo periodístico: por ejemplo, prensa y relaciones públicas, escritos para empresas, administración de perfiles y actividades en redes sociales, y la docencia.

Vuelvo a la pregunta inicial: ¿por qué soy periodista? Porque es mi vocación, que se expresa en la lucha diaria para tratar de no equivocarme nunca con los datos, para no buscar el escándalo por sí mismo. Esa vocación se expresa en la búsqueda (con algunos aciertos y varios fracasos) de ofrecer información escueta y rigurosa y compartir comentarios con alguna inteligencia y ponderación que sean de utilidad para ese actor que antes llamábamos receptor y que ahora tiene diferentes nombres: audiencia, perfiles, contactos, amigos. Creo que por esas búsquedas pasa gran parte de la pelea que debemos darnos para defender nuestro oficio.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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