Dulzura de sentirse cada vez más lejano.
Más lejano y más vago… Sin saber si es porque
las cosas se van yendo o es uno el que se va.
Dulzura del olvido como un rocío leve
cayendo en la tiniebla…
Dulzura de sentirse
limpio de toda cosa.
Dulzura de elevarse
y ser cómo la estrella inaccesible y alta,
alumbrando en silencio…
¡En silencio, Dios mío!…
Autora: Dulce María Loynaz
(Vía @estefaniabotero)
Las fotos fueron tomadas el 11 de junio de 2013 en los barrios de Palermo y Olivos, Buenos Aires, con un teléfono Samsung Galaxy S4 y editadas y publicadas originalmente en Instagram.