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Personal

Luis María Di Filippo, un hombre especial y ejemplar

By 19 noviembre, 2013noviembre 14th, 20155 Comments

“El chico de los garfios”. Así nos referíamos a mediados de la década del 70 los estudiantes secundarios de la escuela Mariano Acosta, en Buenos Aires, acerca de Luis María Di Filippo.

El alumno de estatura mediana y ojos oscuros y vibrantes, dueño de una mirada vigorosa debajo de unas cejas densas, portaba unas prótesis en sus brazos que terminaban en unos ganchos de metal que abría y cerraba para tomar lápices y cuadernos.

Luis había nacido con unos muñones en vez de manos por culpa de la talidomida, un fármaco que fue comercializado entre 1958 y 1963 como sedante y como calmante de las náuseas durante los tres primeros meses de embarazo.

Como sedante tuvo un gran éxito popular ya que, en un principio, se creyó que no causaba casi ningún efecto secundario y, en caso de ingestión masiva, no resultaba letal.

Este medicamento provocó miles de nacimientos de bebés afectados de focomelia, anomalía congénita que se caracterizaba por la carencia o excesiva cortedad de las extremidades, como fue el caso de Luis, segundo hijo de Roberto y Ofelia.

La madre comenzó desde temprana edad a llevar a Luis a la sede de ALPI, donde le enseñaron a manejarse con esas extremidades superiores cortas.

El viaje desde el barrio de San Cristóbal, donde vivía su familia, hasta el de Núñez, donde hacía los trabajos, era largo, pero gracias a esa constancia de Ofelia y a su perseverancia, y luego a su fe cristiana, Luis aprendió que no había desafíos imposibles en su vida.

En 1977 fui al estadio Luna Park en Buenos Aires a una serie de reuniones de iglesias evangélicas y me sorprendió ver entre las voces de un enorme coro a Luis. A la semana siguiente lo encaré en el colegio, donde íbamos a divisiones diferentes. Descubrimos que además de estudiar en la misma escuela teníamos la misma fe cristiana.

En 1980 coincidimos en la misma clase, en el cuarto año del ciclo secundario. Allí comenzó a construirse una amistad indestructible hasta el día de hoy cuando escribo esta nota, 19 de noviembre de 2013, cuando Luis cumple 50 años de edad.

Con Luis he compartido muchísimas horas y anécdotas y episodios y momentos inolvidables de mi vida y es uno de mis amigos más entrañables y amados. Fui uno de los testigos de su boda con Marcela, compañera fiel y madre de sus siete hijos.

Luis me enseñó las técnicas básicas de la batería. Compartí con él grupos musicales como Abiatar y Coda (perdón, Luis, pero debo mencionar a ese grupo del cual felizmente no hay grabaciones…).

Es diseñador gráfico (graduado en el instituto Nueva Escuela) y trabaja en una imprenta, baterista (gran admirador de Neil Peart, miembro de la banda Rush), nadador de aguas abiertas (recibido con diploma). Vive desde hace casi 10 años en la ciudad chubutense de Puerto Madryn.

El 28 de octubre de 2007 Luis fue presidente de una mesa de las elecciones nacionales. En su mesa votó nada menos que el entonces intendente de Puerto Madryn, Carlos Eliceche. «Me lo voy a llevar a la Municipalidad. Es un ejemplo. Vino hoy de presidente de mesa, tiene ganas de trabajar», dijo el jefe comunal.

Al día siguiente, la foto de Luis apareció en la tapa del diario El Chubut. «Carecer de manos no le impidió al ciudadano manejarse con agilidad y certitud en la jornada de elecciones presidenciales, en la cual contribuyó cívicamente siendo un ejemplo clave para toda la sociedad», afirmó el diario, con cierto lenguaje empalagoso…

«Realmente, este tipo de cosas no sólo que a uno lo instruyen, sino que le hacen tomar conciencia del compromiso cívico que uno tiene que tener y de paso, es un buen ejemplo para todas las personas, la familia y para mis hijos en particular», expresó al diario Luis, quien trabaja desde 2008 como director de Asistencia Integral al Discapacitado de la Municipalidad de Puerto Madryn.

La última vez que me encontré con Luis fue este año, en una cena con amigos en Buenos Aires. Había viajado desde Puerto Madryn en su Volkswagen Bora, conduciéndolo algo menos de 1.400 km, para hacerle algunos arreglos mecánicos especiales.

Del perfil de Luis en Facebook tomé las siguientes fotos.

Luis María Di Filippo en batería.

Luis María Di Filippo en batería.

Luis María Di Filippo en el golfo Nuevo, cerca de Puerto Madryn.

Luis María Di Filippo en el golfo Nuevo, cerca de Puerto Madryn.

De izquierda a derecha: Pablo González, Raúl Porchetto, un servidor, Luis María di Filippo. Foto: Alejandro Bedrossian. Fuimos a entrevistar a Porchetto para la revista Koinonía en la década del 80, que Luis diseñaba con letraset.

De izquierda a derecha: Pablo González, Raúl Porchetto, un servidor, Luis María Di Filippo. Foto: Alejandro Bedrossian. Fuimos a entrevistar a Porchetto para la revista Koinonía en la década del 80, que Luis diseñaba con letraset.

Luis María Di Filippo y su familia.

Luis María Di Filippo y su familia, año 2013.

Luis heredó el don musical de su padre Roberto, quien fue el mejor bandoneonista argentino, según Astor Piazzolla (puedes leer más sobre Roberto en esta nota). Ese don fue transmitido a sus hijos, con quienes se da el gusto de tocar diferentes canciones.

Además de las consecuencias de la talidomida, Luis superó pasados los 40 años de edad graves afecciones cardíacas que un par de veces lo llevaron al borde de la muerte. De todas esas situaciones emergió con el mismo espíritu jovial y creativo.

Este perfil y homenaje luciría más incompleto de lo que ya es si no mencionara la siguiente canción de Luis que grabó la cantante Marga Chanes:

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=YL6Hl3fSIf4&w=640&h=480]

Doy gracias y alabo a Dios por la vida de Luis. Es un ejemplo, como dice la canción que te compartí arriba, de que Dios puede “hacer algo infinito” en la vida de aquellos que descubren en Dios “un amigo de gran dimensión”. Luis aceptó el desafío de seguir al Dios verdadero, quien le brindó su amor, paz y perdón.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

5 Comments

  • Edgardo Mansilla dice:

    Gracias Cesar por compartir en palabras lo que siente el «coure»
    Lo que yo recuerdo de Luis es cuando nos ayuda en JEBA con diseños.
    un abrazo a todos

  • Gracias, César, por compartir la extraordinaria historia de Luis, aunque más que extraordinaria historia debería decir la historia de un hombre extraordinario, inagotable inspiración para todos los que lo conocemos, alguien para quien la palabra imposible no existe. Quería agregar que padeció muchos problemas físicos que enfrentó con estoicismo y superó con valentía. Creo que el peor fue una endocarditis bacteriana que obligó a una muy delicada cirugía a corazón abierto para el reemplazo valvular aórtico, en 2001 o 2002. Nunca lo escuché quejarse. Siempre va para adelante. Un héroe que quizás no tenga la merecida prensa que han recibido otros como Tony Meléndez o Nicky pero que, como ellos, deja una huella imborrable en todos los que lo conocen..

  • Federico Gallegos dice:

    Excelente Post. Qué decir de Luís, una gran persona, con un gran corazón…un tipazo.
    Para César, un párrafo aparte. Nunca me voy a olvidar nuestras charlas sobre los Beatles, Led Zeppelin y Deep Purple en las playas de Madryn, ni tus consejos para seguir (o no) la carrera que finalmente terminé eligiendo. Te admiro muchísimo, por tu inteligencia, tu personalidad y tu bondad. Tu familia es tan excelentísima como lo sos vos. Te quiero mucho.

  • Ludmila Heinzmann dice:

    Emocionada por tan hermosas palabras para una persona que admiro desde el minuto 0 que lo conocí. Lo veo dia a dia… Es un papa super amoroso, un buen esposo y muy buen suegro. Yo me quede sin papá hace ya 4 años y doy tantas gracias a Dios por haberme puesto en esta familia tan hermosa. Luis es como un papá para mi. Y es el padre del amor de mi vida Juan Di Filippo, tan buena madera como Luis. Gracias por este post!

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