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Falleció Arne Fjeldstad, pastor y formador de periodistas

By 24 noviembre, 2014noviembre 22nd, 20153 Comments

Un día agridulce vivo hoy porque falleció una de las personas que más apreciaba y respetaba en este mundo: Arne Fjeldstad.

Nacido en 1957 en Noruega, Arne murió repentinamente el 23 de noviembre en su país, dejando una esposa y una hija. Al momento de publicar esta nota no se sabían los motivos de su fallecimiento.

Arne nació y vivió sus primeros ocho años en la ciudad de Jope, Israel, y los siguientes ocho años en El Cairo, la capital de Egipto, aunque era ciudadano noruego.

Su padre fue un misionero protestante cuya vocación lo llevó a conocer Asia y África antes que su propio país. Por eso Arne podía hablar con propiedad tanto de los «sufrimientos de Kierkegaard«, como de los idiomas que se hablan en Afganistán, de los coptos en Egipto y de los lapones escandinavos.

Fue director general ejecutivo de The Media Project (TMP), una organización sin fines de lucro que equipa a periodistas, editores, profesores de periodismo y analistas de medios de comunicación para cubrir el tema de la religión en la vida pública en todos los países.

Arne Fjeldstad. Fuente: TMP.

Arne Fjeldstad. Fuente: TMP.

Fue periodista y editor en varios periódicos noruegos y el editor de una revista mensual en el Medio Oriente y África del Norte.

Su carrera periodística abarcó más de 30 años en los medios de comunicación, la mayoría de ellos en diversos puestos de responsabilidad en el principal diario noruego, el Aftenposten. También se dedicó a la enseñanza del periodismo y la comunicación.

Su tesis doctoral sobre las iglesias luteranas y las iglesias virtuales en Internet se completó en el Seminario Teológico Fuller, en California, en 1997.

Desde su fundación en 1997, The Media Project patrocinó conferencias internacionales en Hong Kong, Londres y Barcelona, además de docenas de pequeñas conferencias regionales y nacionales, una de ellas en 2013 en Buenos Aires.

Cada mes, miles de lectores visitan el blog GetReligion.org, cuyo contenido es elaborado por periodistas que colaboran con un análisis diario de las mejores y las peores coberturas sobre religión en los noticieros.

Además de difundir ese blog, Arne regalaba siempre a su audiencia el libro «Punto ciego: Por qué los periodistas no quieren religión» («Blind Spot: Why journalists don’t get religion») editado por Oxford University Press.

La obra analiza noticias importantes que fueron malinterpretadas o pasaron inadvertidas al darle un mal uso o ninguno a la religión. Las gafes van desde malas traducciones del ropaje del Papa, por ejemplo, a una interpretación del mundo islámico desde una óptica occidental.

Fjeldstad ejerció el oficio de periodista y al mismo tiempo fue el pastor de varias parroquias luteranas y en una ocasión de la iglesia anglicana.

En su doble función como editor nacional del Aftenposten y pastor de una parroquia luterana en Noruega vivió en varias oportunidades experiencias singulares.

«Mis amigos decían, ‘hoy está Arne, seguro que ocurre una desgracia’. Y así era. O se desintegraba un avión o teníamos otro tipo de accidentes que nos obligaban a cambiar la tapa y el interior del diario. Generalmente yo me acostaba a las 2 de la madrugada y a las 4 me llamaba la Policía para que como pastor atendiera a los familiares de las víctimas del desastre. Por supuesto que yo no les decía que había estado haciendo los titulares con su desgracia, a menos que la relación se prolongara en el tiempo», comentó una vez en Buenos Aires.

Arne fue coordinador internacional y editor de la revista del Movimiento de Lausana, una organización para la evangelización mundial, desde 1993 hasta 1996. También fue presidente de Gegrapha, una red global de periodistas cristianos en los medios tradicionales.

Debajo, un video de hace cinco meses donde Arne saludaba a la organización Novomedia.

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=He0xYqBxqto?rel=0&w=640&h=360]

Te contaré ahora mi vínculo con Arne. Lo conocí en abril de 2007 en Santiago de Chile, en una conferencia organizada por TMP y donde fui orador. Me impactaron su cordialidad y calidez, enriquecida por un don especial para escuchar y empatizar con las personas.

En su persona se conjugaban la sensibilidad pastoral y capacidades pedagógicas para explicar y analizar procesos complejos con un elegante estilo escandinavo para expresarse.

Compartí luego con Arne una conferencia, similar a la de Chile, en marzo de 2010 en el Distrito Federal de México, donde también fui uno de los oradores. En las líneas siguientes compartiré algunos apuntes que tomé en esa reunión.

En aquella conferencia en México, Arne trazó una ruta de acción para que los periodistas cristianos puedan ejercer este oficio con impacto en sus ambientes. “El punto no pasa por ser triunfalistas, sino personales, humildes y transparentes”, advirtió.

Mostró a Jesús como “modelo de acción: hizo preguntas, relató historias, dio una dirección indirecta, habló con el pueblo de lo que le interesaba, usó el vocabulario de la agricultura”. El “método” de Jesús, señaló Arne, fue “labrar el campo, avivar el arrepentimiento, sembrar semillas por palabras y acciones”.

Arne trazó en esa conferencia el siguiente “reto holístico: preocuparse por las necesidades sociales, espirituales y personales de la audiencia, sembrar y cultivar semillas cristianas en los corazones y mentes del público, retar a cada lector por lo que comunicamos”.

“Estamos llamados a pelear contra las mentiras”, afirmó esa vez Arne, quien recordó que la Biblia describe a sus personajes “sin maquillaje”, como los casos de David y Betsabé, o Pedro negando a Jesús, o Pablo confrontando a Pedro.

“Debemos estar opuestos a la censura y la autocensura”, en especial “cuando trabajamos en medios cristianos, donde queremos sólo decir las cosas bonitas de las personas”, señaló Arne, en referencia al periodismo acrítico y superficial que predomina en las iglesias.

“Debemos ser leales al lector, no a una iglesia o las instituciones, para promover los valores bíblicos. Debemos reconocer los errores y corregirlos, y mantener la lealtad a la verdad”, concluyó.

En mayo de 2012 no pude coincidir con Arne en una serie de reuniones que le organicé en Buenos Aires con periodistas cristianos, debido a un viaje laboral mío que me impidió acompañarlo. Mi amigo y socio en Pulso Cristiano, David Kohler, lo acompañó y registró estas frases:

«La religión o la espiritualidad forman parte importante de la vida de gran mayoría de la gente en todos lados, sin embargo los medios no parecen haberlo notado».

«Los periodistas suelen decir: ‘No tenemos suficiente entendimiento de la religión’, por lo que el desafío es cómo educar al periodista y mostrarle cómo el elemento religioso y los valores influyen en cómo vive su vida la gente».

En 2013 retomé el contacto con Arne en forma intensa por un encargo especial que me hizo: trabajar como la cabecera local en la organización de una conferencia internacional de TMP en Buenos Aires que tuvo entre sus temas centrales a la figura del papa Francisco en los medios de comunicación.

La conferencia se realizó exitosamente, por gracia de Dios, en diciembre de 2013. Compartí con Arne momentos inolvidables y de mucha riqueza profesional y espiritual. Tenía un don especial donde dejaba semillas de inspiración a su paso.

Con Arne Fjeldstad, en Buenos Aires en 2013.

Con Arne Fjeldstad, en Buenos Aires en 2013.

 

Un ejemplo del impacto de Arne en la vida de otros colegas periodistas es la siguiente oración que recibió en marzo de este año, durante la Conferencia de Periodistas Cristianos de Bolivia:

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=EkYyRk2TCyU?rel=0&w=640&h=360]

Como bien sintetizó la colega Helen Stojilkowic, quienes conocimos a Arne vivimos hoy una «mezcla de sentimientos» al conocer su fallecimiento. «Por un lado su pérdida que viene a ser ganancia, puesto que sus obras continúan y por otro el gozo de saber que dedicó su vida a ser fiel a aquél que nos llamo de las tinieblas a la luz admirable».

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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