Un paseo turístico o un viaje laboral suenan distintos cuando se escucha un músico o una banda ambulante a bordo de un
tren o un colectivo (bus) o un subterráneo (metro).
Muchas veces la experiencia se torna desagradable, como me ocurre lamentablemente en la línea Mitre del ferrocarril Mitre o en los
subterráneos de Buenos Aires, por causa de personas que creen que cantan bien cuando en realidad son espantapájaros musicales que
agreden los oídos.
Pero también hay buenas sorpresas, como la del guitarrista que interpreta The Beatles en la línea D del subte porteño, y sobre el
cual te conté en esta nota.
En otros casos, una buena música renueva las fuerzas, como me sucedió el 17 de octubre en la Grand Central Station de la
línea 7 del metro de la ciudad estadounidense de New York.
Eran las 19.40 y regresaba al hotel, cansado por un viaje de avión de Buenos Aires a New York ese día y por unas 8 horas posteriores de paseos casi ininterrumpidos en Manhattan.
Cuando llegué al andén común para ambos sentidos, el ambiente estaba energizado por dos percusionistas de instrumentos africanos y un trompetista que hacían una música inclasificable.
Los críticos de música recurren a la palabra «fusión» cuando les cuesta clasificar una obra. No soy crítico pero usé la misma
técnica…
Grabé este video del terceto musical de la línea 7. que tenía delante de ellos una lista de CD y DVD con sus obras.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=88kerLZX2AY?rel=0&w=560&h=315]Aaí da gusto premiar y agradecer con dinero un buen momento que regalan músicos ambulantes.