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La presidenta Cristina Fernández de Kirchner se levantará este 10 de diciembre de la silla del poder.

Como sucedió el 28 de septiembre de 2015 en la sede neoyorquina de las Naciones Unidas, cuando se tomó la fotografía del inicio de este artículo, un mandato ajeno a su voluntad la obliga a dejar esa posición.

En la ONU, porque le tocaba hablar ante la asamblea general y tenía que dejar libre la silla al siguiente orador.

Este 10 de diciembre, dejará el sillón de Rivadavia porque así lo establece la Constitución Nacional, que le impide la reelección indefinida, como sí está autorizado en la provincia de Santa Cruz, la cuna del kirchnerismo.

Cuando el 25 de mayo de 2013 se cumplieron 10 años de gobiernos kirchneristas compartí un balance en esta nota.

CFK-ONU

Cristina Fernández de Kirchner en la asamblea general de las Naciones Unidas, 2015.

Hoy, ante el inminente fin del segundo mandato presidencial de la viuda de Kirchner, comparto otro balance.

Algunas aclaraciones: varios logros y fracasos del kirchnerismo mencionados en ese balance de 2013 no figuran en este artículo que estás leyendo, para no extenderlo mucho.

Sobre el legado tecnológico de los gobiernos kirchneristas puedes leer esta nota propia y esta nota.

Durante estos años, la Argentina se convirtió en pionera en América latina en términos de derechos sociales.

En 2010 se aprobó por iniciativa del kirchnerismo el matrimonio entre personas del mismo sexo.

En 2012 el Gobierno promovió la ley de identidad de género, que permite que travestis, transexuales y transgéneros sean inscriptos en sus documentos con el nombre y sexo de elección, y obligó al Estado a solventar las operaciones de cambio de sexo.

En 2013 el kirchnerismo promulgó una nueva ley que castiga el trabajo infantil y otra que regularizó la situación de más de un millón de trabajadoras domésticas; la mayoría de ellas trabaja de manera informal.

Ese mismo año se aprobó la ley de fertilización asistida, que garantiza el acceso universal y gratuito a técnicas de reproducción.

En 2003, Néstor Kirchner promovió en el Congreso la anulación de las leyes que garantizaban la impunidad a los acusados de crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar.

Cristina Fernández de Kirchner en las exequias de Néstor Kirchner en Casa Rosada, 28 de octubre de 2010. Fuente: Presidencia de la Nación.

Cristina Fernández de Kirchner en las exequias de Néstor Kirchner en Casa Rosada, 28 de octubre de 2010. Fuente: Presidencia de la Nación.

En 2005, la Corte Suprema de Justicia convalidó esa anulación. Y en 2007 declaró inconstitucional un indulto a los ex dictadores militares, abriendo las puertas a cientos de juicios contra ex represores ilegales.

La mayoría de los ex militares fueron llevados a juicio. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) estimó que en total 2.625 personas fueron acusadas de crímenes de lesa humanidad.

Para finales de 2014, 526 fueron condenadas, 51 fueron absueltas y la mayoría aún espera su juicio, en muchos casos en prisión preventiva.

Los gobiernos kirchneristas también dieron un fuerte impulso a las Madres y a las Abuelas de Plaza de Mayo.

Esta última organización logró hallar al menos 117 hijos de desaparecidos, que fueron reconectados con su familia de origen.

El caso más emblemático fue el de la presidenta de las Abuelas, Estela de Carlotto, quien recuperó a su nieto en 2014.

Néstor y Cristina Kirchner, 10 de diciembre de 2007. Fuente: Casa Rosada.

Néstor y Cristina Kirchner, 10 de diciembre de 2007. Fuente: Casa Rosada.

En 2007, el gobierno inauguró el Espacio Memoria y DD.HH., un museo en el predio donde operó el centro clandestino de detención más sangriento de la dictadura: la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

Cuando asumió Néstor Kirchner en 2003, la Argentina superaba la peor crisis económica de la historia moderna, y más del 17% de los argentinos no tenía trabajo.

El kirchnerismo logró reducir esa cifra a menos del 7%, y afirma que se crearon unos 6 millones de puestos de trabajo durante sus gobiernos, aunque la mayor parte de esos puestos fueron en el sector público.

Los desempleados y los ancianos que no tenían jubilación fueron dos de los sectores más beneficiados por las políticas sociales del kirchnerismo.

Fotografía de Cristina Fernández y Néstor Kirchner en la Basílica de Luján, en la antesala del despacho presidencial en la Casa de Gobierno.

Fotografía de Cristina Fernández y Néstor Kirchner en la Basílica de Luján, en la antesala del despacho presidencial en la Casa de Gobierno.

Gracias a una moratoria en 2005, que permitió que unos 2,5 millones de jubilados reciban una pensión a pesar de no haber hecho aportes, la Argentina llegó a tener la segunda mayor cobertura jubilatoria de América latina, después de Bolivia, con un 94,6%.

Los «nuevos jubilados» equivalen a más del 40% del total.
Incrementó en más del 1.400% la jubilación mínima –que cobran cerca del 75% de los retirados– para adecuarlo a la inflación.

También amplió en más de un 1.700% los fondos de ayuda social: en 2015 entregó 18 millones de planes sociales a argentinos de bajos recursos.

Otro logro kirchnerista fue su capacidad para movilizar a los más jóvenes, una franja de la sociedad que desde la década de los ‘70 se había mantenido apolítica.

Cristina Fernández de Kirchner en el 25° aniversario de Página/12 el 30 de mayo de 2012

Cristina Fernández de Kirchner en el 25° aniversario de Página/12 el 30 de mayo de 2012.

La participación de los jóvenes en la política se vio en la militancia y en el Poder Ejecutivo, y también en el Congreso creció la presencia de figuras jóvenes en los últimos 12 años.

A finales de 2012, el gobierno impulsó una ley para habilitar el sufragio voluntario a partir de los 16 años.

Los Kirchner priorizaron la integración con el resto de América latina.

Impulsaron la creación de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), cuyo primer secretario general fue Néstor Kirchner.

Desarrollaron políticas migratorias, como el Plan Patria Grande, que favoreció la regularización de inmigrantes del Mercado Común del Sur (Mercosur).

También fomentó la llegada de decenas de miles de estudiantes latinoamericanos que eligieron formarse en las universidades públicas de Buenos Aires y otras ciudades.

Cristina Fernández de Kirchner muestra la tapa de El País de España del 11 de julio de 2012

Cristina Fernández de Kirchner muestra la tapa de El País de España del 11 de julio de 2012.

Pero hay puntos oscuros y negativos: la polarización de la sociedad argentina es uno de los efectos más notorios que dejan los 12 años de gobiernos kirchneristas.

Las discusiones por política son tabúes en muchos encuentros sociales o familiares.

La sociedad se dividió entre quienes admiran con fanatismo a la Presidenta saliente y quienes la odian, sentimientos que se ahondaron por los más de 140 mensajes en cadena nacional, muchos de ellos de tono combativo, que dio Fernández de Kirchner durante sus ocho años de gobierno.

Los primeros años del kirchnerismo se desarrollaron en un contexto de fuerte crecimiento económico, favorecido por el precio récord de materias primas como la soja, el principal artículo de exportación de la Argentina.

Imagen de Néstor Kirchner en Plaza de Mayo, Buenos Aires.

Imagen de Néstor Kirchner en Plaza de Mayo, Buenos Aires.

Sin embargo, esos años de bonanza no se aprovecharon para crear fondos anticíclicos.

Además, se mantuvieron millonarios subsidios al transporte y la energía que terminaron generando un fuerte déficit fiscal.

La crisis financiera mundial de 2008, la caída del precio de los «commodities» y las dificultades de Argentina para endeudarse en el exterior debido a los efectos del default de 2001, complicaron el panorama económico local.

El Gobierno aumentó el gasto público y respondió a la crisis fomentando el consumo interno y acelerando la expansión monetaria.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) perdió toda credibilidad con el kirchnerismo luego de su intervención en 2007.

Por ejemplo, mientras la Universidad Católica Argentina (UCA) informó que la alta inflación y la situación económica llevaron a la pobreza a casi el 29% de la población, el gobierno considera que menos del 5% es pobre.

En cuanto a la corrupción, si bien las acusaciones por presunto enriquecimiento ilícito de la familia presidencial, que aumentó su patrimonio en más de un 1.000% desde 2003 hasta 2015, fueron descartadas por la Justicia, otras investigaciones aún avanzan hoy.

Amado Boudou está en una situación legal más complicada: es el primer vicepresidente en funciones en la historia argentina en estar procesado, por la compra irregular de una imprenta de papel moneda cuando era ministro de Economía.

El ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, quien ya recibió una sentencia de un año y medio por recibir coimas, es juzgado junto con su sucesor en el cargo, Juan Pablo Schiavi por la muerte de 51 personas en el choque de tren de la estación porteña Once de Septiembre, en 2012.

La ex secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable Romina Picolotti fue enviada a juicio oral por administración fraudulenta y el ex secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno está procesado por presunto abuso de autoridad.

En 2012, la ex ministra de Economía Felisa Miceli se convirtió en la primera ex funcionaria kirchnerista en ser condenada cuando recibió una pena de cuatro años de prisión por el hallazgo de dinero no declarado en el baño de su oficina.

En cuanto al medio ambiente, ambientalistas advirtieron sobre los efectos nocivos para el suelo de la concentración de soja y la falta de rotación de cultivos, además del uso de sustancias químicas perjudiciales para los trabajadores rurales.

El kirchnerismo también apoyó la explotación de minería a cielo abierto, con graves riesgos ambientales, como se observó este año en San Juan con el derrame de cianuro.

Reitero estas aclaraciones: sobre el legado tecnológico de los gobiernos kirchneristas puedes leer esta nota propia y esta nota.

En esta nota que publiqué cuando se cumplieron 10 años del kirchnerismo en el Poder Ejecutivo Nacional señalé otros logros y errores, muchos de los cuales siguen vigentes y que no los repetí en este artículo que estás leyendo.

El mismo kirchnerismo que supo establecer logros como los enumerados más arriba (vigencia de los derechos humanos y la ampliación de los derechos civiles; políticas de inclusión social, empleo y previsión; y desarrollo consistente en ciencia y tecnología), erró en áreas fundamentales.

Algunos de esos yerros fueron desdeñar las políticas necesarias de transparencia; una política ambiental desastrosa; incapacidad en el diálogo político y el tejido de alianzas, en especial desde la muerte de Néstor Kirchner en 2010; y eliminación de la democratización interna del oficialismo con el «dedazo» de la Presidenta imponiendo a Daniel Scioli, un candidato que ni a ella le gustó jamás.

Quizás allí se encuentre el principal «huevo de la serpiente» de la derrota del kirchnerismo ante el macrismo, el primer gobierno de derecha que llega al poder en la Argentina por elecciones libres y universales: la ausencia de un debate interno y de la toma de decisiones partidarias en forma democrática, debido a una forma caudillesca del ejercicio del poder.

¿Cómo recuerdas estos 12 años y medio del kirchnerismo? Puedes expresarte en los comentarios debajo de esta nota.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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