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Con motivo del día internacional de la mujer, que se conmemorará el 8 de marzo, realicé una encuesta entre periodistas mujeres de la Argentina y América latina, con el propósito de conocer y difundir la situación laboral que ellas viven y los desafíos que enfrentan en su trabajo cotidiano, en el contexto de sociedades donde se registran desigualdades de género.

Debajo, las respuestas que me compartió Dafne Sabanes Plou. Al final de la nota encontrarás una ficha personal de ella.

-En cuanto a situaciones de discriminación de género, ¿qué puedes decir acerca de lo que ocurre en el medio donde trabajas o en el medio al cual tu trabajo periodístico como “freelance”?

– Siempre me tocó trabajar en redacciones de organizaciones internacionales, donde la discriminación no era tan visible y que, por el contrario, una de las cuestiones principales era que hubiera mujeres en el grupo de periodistas por un tema de equidad, igualdad de oportunidades y lo políticamente correcto. Como mis temas de trabajo fueron específicos, ecumenismo, religión, temas sociales desde la perspectiva de las iglesias, etc., incluso temas de derechos de las mujeres desde la óptica de las iglesias, por lo general sentí que mis notas eran requeridas por cubrir un nicho de interés en publicaciones diversas y también como despachos de prensa en los eventos ecuménicos o internacionales en los que me tocó trabajar.

– ¿Persiste el machismo en las redacciones, en las asignaciones de notas y en las coberturas periodísticas?

– No sentí presión machista por cubrir determinado tipo de notas, pero sí durante mucho tiempo en salas de prensa internacional durante grandes conferencias, la presencia de periodistas varones era muy superior a la de mujeres sobre todo entre los periodistas gráficos y los equipos de televisión. Como siempre integré equipos de periodistas de ambos sexos, no sentí que hubiera diferencias en el trato entre jefes y periodistas. Quizás la diferencia la notaba en el momento del “happy hour”, al que no se puede faltar porque allí es donde, como ya sabemos, se intercambia información valiosa, se logran relaciones profesionales, se intercambian análisis desde distintas ópticas, etc. Ahora las mujeres participan sin problemas en estos encuentros, pero anteriormente recuerdo que lo hacíamos con reparos y por un rato. Creo que funcionaba mucho eso de cuidar el “buen nombre” en una situación de bar y consumo de alcohol. El trato más igualitario ha derribado estos prejuicios.

– ¿Existe discriminación de género en el salario que recibe la periodista por su trabajo?

– Nunca me pasó, pero quizás se deba al ambiente en el que siempre trabajé. En las agencias u organizaciones internacionales hay tarifas fijas por artículos y eso no cambia seas hombre o mujer. Quizás varíe en el tipo de notas que te encargan, aunque por lo general los encargos se basan en la experiencia y conocimientos del tema a cubrir, con lo que la cuestión de género no hace diferencia.

– ¿La discriminación sobre la mujer también existe al momento de seleccionar las fuentes por parte de los editores? ¿Éstos prefieren fuentes masculinas?

– Durante mucho tiempo en los ambientes eclesiásticos o ecuménicos las principales voces y fuentes eran masculinas, pero eso fue cambiando con la ordenación de mujeres al ministerio de las iglesias, su elección a la conducción de las iglesias y su participación en cargos de responsabilidad y decisión en las organizaciones eclesiales. Lo mismo sucedió en el ambiente de Naciones Unidas. Sobre todo, a partir de los 90, las mujeres comenzaron a ocupar cargos de decisión política en los distintos niveles, con lo que su opinión se jerarquizó y fue buscada y requerida. Creo que todavía hay áreas donde se valora más la opinión de un varón, como puede ser en temas económicos, militares (incluso temas de trabajo por la paz), doctrinales religiosos, relaciones internacionales, científicos. Pero en la mayoría de los temas, la voz de las mujeres con cargos de decisión o con “expertise” vale tanto como la de sus pares varones.

– ¿Se le presta o no atención al tema de la discriminación de género en los medios, dentro y fuera de ellos?

– Como ya señalé, en las entidades u organismos internacionales en los que me tocó trabajar, durante varios años hasta hubo una suerte de “discriminación positiva”, en el sentido de que siempre se buscaba que hubiera mujeres en los grupos de periodistas. Actualmente ya no hay una preocupación especifica porque la cantidad de mujeres periodistas equipara a la de los hombres, como también sus conocimientos, capacitación y nivel de análisis para cubrir temas de todo tipo e importancia. Incluso si hablamos de diversidad sexual, no he visto discriminación en este sentido tampoco.

– ¿Existen normas sobre perspectivas de género durante el proceso de producción periodística en el medio donde trabajas o al cual entregas tu trabajo como “freelance”?

– Si, hay oportunidades en las que desde el editor/a solicitan esta perspectiva, como también buscar a mujeres como fuentes de la información. En la entidad para la cual trabajo actualmente esto es regla y ya forma parte de nuestro método de trabajo. Esto incluye a periodistas con militancia feminista reconocida, lo cual no es común en las redacciones.

– ¿Por qué crees que hay tan pocas mujeres en cargos directivos de medios de comunicación, cuando sucede lo contrario en el ámbito de las relaciones públicas o comunicación organizacional?

– Por un lado, creo que tiene que ver con una cultura en las redacciones en la que domina la presencia masculina en el poder. Hubo épocas en Argentina en las que hasta la dirección y el área editorial de las revistas consideradas “femeninas” estaba en manos de hombres. Pero creo que en nuestro país esto comenzó a cambiar a partir de la creación de las carreras de periodismo y comunicación en las universidades públicas, que dieron lugar a la formación de muchas mujeres que ahora están llegando a puestos de decisión en las publicaciones, en las radios y estudios de televisión, en la producción audiovisual, de sitios web de información, etc. Quizás en las grandes empresas periodísticas todavía domine la presencia masculina, pero hay muchas mujeres a cargo de portales informativos, programas de radio y de televisión, iniciativas audiovisuales que están haciendo buenas carreras periodísticas, con prestigio y conocimientos de buen nivel. Buena parte de las colegas que finalizaron sus carreras de periodismo en la década del 80 están ahora entre los 40 y 50 años de edad, con experiencia acumulada como para hacerse un lugar en las instancias de poder de las redacciones.

– ¿Mujeres solteras y sin hijos tienen más probabilidad de ascender en los medios?

– En los que exigen dedicación muy exclusiva y “vivir” para la empresa, esto puede ser cierto. Creo que, en este sentido, seguimos ante una sociedad que exige a las mujeres ser perfectas en todos los roles, cumplir con los mandatos de maternidad, cuidado del hogar y de las personas mayores en la familia, administración de la casa, además del cuidado personal. Algo que siempre me llama la atención en los canales de noticias de Estados Unidos o de Gran Bretaña, por ejemplo, es la cantidad de mujeres mayores de 40 o 50 que cubren notas de todo tipo, incluso a cargo de programas periodísticos en televisión sobre diversas temáticas y que no tienen necesidad de parecer más jóvenes ni más cuidadas, ni más adornadas. Algo que me gusta de la TV brasileña es que sus cronistas mujeres en la calle visten sencillo, con el cabello al viento, sin maquillaje específico. Creo que las mujeres muchas veces suportan exigencias desmedidas que van más allá de lo profesional.

– ¿Sigue vigente la idea de que hay temas periodísticos (por ejemplo, salud) para mujeres y temas (por ejemplo, deportes) para hombres?

– Todavía pesa este esquema y es cierto que las mujeres que eligen periodismo deportivo no son muchas. Falta su presencia en especial cuando se trata de informar sobre los deportes más populares como fútbol o rugby, considerados territorio masculino. Pero sobre todo en el periodismo radial y televisivo en las cadenas especializadas comienzan a incluirse mujeres en los equipos periodísticos para informar sobre otros deportes, no sólo sobre hockey femenino, y también sobre atletismo, juegos olímpicos, etc. Creo que esto tiene que ver con la mayor formación de mujeres periodistas en todas las áreas de la información y la posibilidad de que las mujeres amplíen sus intereses desligándose de los roles y los temas tradicionales.

-Puedes agregar ahora aquello que no fue incluido en la encuesta y que consideres necesario contar acerca del tema de la consulta.

– La mayor presencia de mujeres en las carreras periodísticas, como estudiantes, profesoras, directoras de carreras, incluso decanas de facultades, abren caminos que permiten superar viejas concepciones en las redacciones. Considero que el avance de las mujeres en la sociedad por una cuestión de igualdad de derechos y de oportunidades, como también el derribamiento de muchas barreras creadas por prejuicios y discriminaciones basadas en normas culturales y tradiciones, marcan la posibilidad de que las mujeres periodistas actúen con libertad, competencia y participación de alto nivel en las redacciones y empresas periodísticas.

Dafne Sabanes Plou

Comunicadora social, investigadora en temas de género, comunicación y tecnologías de la información y la comunicación, instructora en talleres de género y TIC y experta en políticas de TIC y género. Además, tiene amplia experiencia en gestión y coordinación de proyectos y programas, es autora de artículos sobre género, comunicación y TIC.

Es coordinadora regional del Programa de Derechos de las Mujeres de la ‘Asociación para el Progreso de las Comunicaciones’ en América Latina y el Caribe y consultora para el proyecto “25 años de la sociedad de la información”, en esta región.

Puedes leer las respuestas de otras periodistas encuestadas haciendo clic aquí

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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