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Con motivo del día internacional de la mujer, que se conmemorará el 8 de marzo, realicé una encuesta entre periodistas mujeres de la Argentina y América latina, con el propósito de conocer y difundir la situación laboral que ellas viven y los desafíos que enfrentan en su trabajo cotidiano, en el contexto de sociedades donde se registran desigualdades de género.

Debajo, las respuestas que me compartió Muriel Balbi. Al final de la nota encontrarás una ficha personal de ella.

-En cuanto a situaciones de discriminación de género, ¿qué puedes decir acerca de lo que ocurre en el medio donde trabajas o en el medio al cual tu trabajo periodístico como “freelance”?

– Mi caso es muy particular. En primer lugar, porque, no estoy en relación de dependencia, sino en un acuerdo de coproducción, lo que hace que sea una suerte de trato entre “socios” y no una relación con jerarquías establecidas. Además, estoy muy poco en la redacción, porque vivo en Córdoba. Por otra parte, tengo toda una historia en el Grupo, ya somos como familia con la mayoría. En ese contexto, el factor del género no tiene mucha influencia, sería todo igual si yo fuese un hombre.

– ¿Persiste el machismo en las redacciones, en las asignaciones de notas y en las coberturas periodísticas?

– No lo veo así en Infobae. La responsable de deportes es mujer. Yo lidero el vertical de tecnología y soy mujer. Lo mismo ocurre con coberturas de riego o en las que hay que viajar, no veo discriminación en ese sentido.

– ¿Existe discriminación de género en el salario que recibe la periodista por su trabajo?

– Yo no recibo un salario. Sí creo que existe el prejuicio generalizado, en todos los trabajos, de que la mujer no necesita tanto el dinero como el hombre. Ocurre tanto en el caso de las personas casadas como en el de las solteras. En un trabajo (que no es este) me pasó que yo siempre era la última persona en cobrar. Cuando pasaron varios meses y noté esta situación, pregunté por qué era así. Una persona me llamó a parte y, en confidencia, me dijo que era “porque yo tengo un marido que trabaja y que puede darme dinero y hacerme esperar el pago.” Una locura. De allí en más, varias veces, negociando en distintos lugares, me han dicho cosas al estilo de “por qué te preocupa tanto cuánto ganar si a tu marido le va bien”. Pero también creo que a veces parte de la culpa de las propias mujeres, porque nos cuesta mucho más que a los hombres defender el aspecto económico. Por lo general, las mujeres somos más pudorosas y prudentes a la hora de ir hacer un planteo y eso termina jugándonos en contra para defender mejores condiciones.

– ¿La discriminación sobre la mujer también existe al momento de seleccionar las fuentes por parte de los editores? ¿Éstos prefieren fuentes masculinas?

– No lo creo. Por el contrario, en mi caso, yo no noto que a veces los hombres suelen ser más fanfarrones y eso los lleva a sobredimensionar algunos datos, sobre todo si hablan de ellos mismos. Las mujeres son muy precisas, meticulosas y cuidadosas con la información que suministran.

– ¿Se le presta o no atención al tema de la discriminación de género en los medios, dentro y fuera de ellos?

– Absolutamente no. Hablo en general. En los medios existe además mucho acoso sexual. Estamos a años luz de que las mujeres que trabajan en los medios puedan plantear esas situaciones que hacen sufrir a muchas, y mucho menos de que existan sanciones legales o sociales, porque creo que ni sus propios compañeros las respaldarían. También hay muchos prejuicios, cuando a una mujer le va bien o crece en su profesión. La manera, casi estandarizada, de desprestigiarla es inventarle un romance por interés. Por otra parte, su vida privada y su sexualidad se traen a la mesa a la hora de juzgarla como persona y profesional, con los hombres no ocurre eso. Además, sobre todo en el caso de la televisión, se le exige a la mujer un grado de belleza, sensualidad y cuidado de la imagen que al hombre no. Luego se la prejuzga por su atractivo como si fuera un sustituto de inteligencia o capacidad. Lo llamativo es que los peores comportamientos y comentarios suelen venir las otras mujeres. El tema de la maternidad es todo un capítulo aparte. Quienes somos madres sabemos lo difícil que es avisar en el trabajo que estamos embarazadas y lograr que se conciba a la crianza como un aporte de esa mujer a toda la sociedad en su conjunto, tal como debería ser.

– ¿Existen normas sobre perspectivas de género durante el proceso de producción periodística en el medio donde trabajas o al cual entregas tu trabajo como “freelance”?

– A la producción la manejo yo. Sí tengo una perspectiva de género. Me gusta animar a las niñas a que apuesten al mundo de la tecnología y de la ciencia. Me encantan las historias de mujeres emprendedoras, veo como todo les cuenta el triple que, a los hombres, hay mujeres grandiosas en este país.

– ¿Por qué crees que hay tan pocas mujeres en cargos directivos de medios de comunicación, cuando sucede lo contrario en el ámbito de las relaciones públicas o comunicación organizacional?

– No es el caso de Infobae. Muchos puestos gerenciales están en manos de mujeres. Hasta tuvimos una CEO. Hay muchas editoras mujeres y la dirección del diario está, desde hace años, en manos de una mujer. No son puestos “ficticios” como ocurre en otras empresas en las que ponen a mujeres en cargos pomposos, pero con cero poderes. Acá las mujeres que están en cargos altos tienen mucho poder y una manera muy interesante (y femenina) de ejercerlo y de hacerlo valer. Todos las respetan.

– ¿Mujeres solteras y sin hijos tienen más probabilidad de ascender en los medios?

– No. Tal vez sí estén más expuesta al acoso. Que las acosen no tienen como consecuencia el ascenso, sino todo lo contrario, porque es la forma de mantener la relación de poder y sumisión. La ventaja de la mujer soltera y sin hijos es que dispone de más tiempo y energía para dedicárselos al trabajo. Pero también es el momento en que uno es más junior y tiene que estar al pie del cañón para hacerse su lugar y aprender lo que más pueda. Luego, puede comenzar a elegir el modo en que trabaja para disponer de más tiempo para la familia. Por eso yo les recomiendo a las mujeres jóvenes que se dediquen mucho a crearse una carrera, que no se casen muy temprano y que, a la hora de formar una familia ya tengan un recorrido hecho en el algo que realmente les apasione. Es la única forma de retomar una carrera satisfactoria después de haber sido mamá. Seguramente habrá otras formas, esa es la que yo probé y me resultó.

– ¿Sigue vigente la idea de que hay temas periodísticos (por ejemplo, salud) para mujeres y temas (por ejemplo, deportes) para hombres?

– Cada vez menos. El prejuicio viene más del lado del público que de los medios. Cuando yo empecé a tratar temas de política internacional, siendo mujer y joven, sé que a la gente le resultaba extraño. Esperaban a un señor panzón, de lentes, traje y corbata para tratar esos asuntos. Eso hace que a uno le lleve más tiempo ganarse el interés y respeto del público, pero da la satisfacción de sentir que estás abriendo caminos.

Muriel Balbi

Periodista y conductora de TV. Tecnología, innovación, emprendedorismo y ciencia en Infobae.

Puedes leer las respuestas de otras periodistas encuestadas haciendo clic aquí

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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