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Con motivo del día internacional de la mujer, que se conmemorará el 8 de marzo, realicé una encuesta entre periodistas mujeres de la Argentina y América latina, con el propósito de conocer y difundir la situación laboral que ellas viven y los desafíos que enfrentan en su trabajo cotidiano, en el contexto de sociedades donde se registran desigualdades de género.

Debajo, las respuestas que me compartió Natalia Zuazo. Al final de la nota encontrarás una ficha personal de ella.

-En cuanto a situaciones de discriminación de género, ¿qué puedes decir acerca de lo que ocurre en el medio donde trabajas o en el medio al cual tu trabajo periodístico como “freelance”?

– En los medios donde yo colaboro no hay discriminación de género. Pero justamente es porque yo decidí trabajar sólo en medios donde el trato sea justo. Persisten, sí, medios totalmente machistas, donde no sólo los jefes son hombres, sino que ellos además eligen dejar a las mujeres afuera y/o que se encarguen de tareas “menores”, por ejemplo, actualizar la web o ser community manager.

– ¿Persiste el machismo en las redacciones, en las asignaciones de notas y en las coberturas periodísticas?

– Cuando empecé a trabajar en redacciones, en 2003, la mayoría de los jefes eran hombres. Había algunas mujeres en cargos de segunda línea. Y había también compañeras como yo, en cargos de editora, pero siempre bajo jefes hombres. Una forma común de discriminación era suponer que las que “llegábamos” a editoras lo hacíamos por algún tema espurio (léase, alguna relación con un jefe) y no por mérito propio. Había que hacer un doble esfuerzo para demostrar que eso no era así. A los hombres les era todo mucho más fácil. También vi redacciones con más mujeres, pero que a veces no se respetaban derechos básicos o una cierta flexibilidad, por ejemplo, para ocuparse de sus hijos. Sin embargo, esto creo que va más allá del periodismo: la poca humanidad de los trabajos hace que, más allá del talento y el buen desempeño, muchas veces asciendan quienes no tienen familia, los más jóvenes o quienes no viven solamente de su sueldo (y tienen una buena posición económica desde antes o familiar, etc.). La lógica del mercado y la eficiencia rige. La vida personal resta. Ese parece ser el mantra de los departamentos de Recursos Humanos, que son lo menos humano del mundo. En estos tiempos, se suele premiar a los que “tienen disponibilidad 100%, 24×7”. Eso implica que hay que subordinar la vida privada al trabajo, que quienes lo hacen triunfan y que uno es mejor cuanto más posponga lo privado. En ese sentido, como las mujeres seguimos siendo las que más nos ocupamos de las tareas de la casa o la familia, es más difícil “tener éxito” (en términos de mercado). Por supuesto, esto es una generalización: conozco (por suerte cada vez más y más cercanos) periodistas hombres que están a la par de sus parejas, se ocupan de sus casas, y hasta tienen parejas mujeres que trabajan en periodismo y colaboran en que ambos puedan progresar.

– ¿Existe discriminación de género en el salario que recibe la periodista por su trabajo?

– En general, los hombres ganan mejor en todas las áreas. Pero, sobre todo, son más tomados en cuenta cuando piden un aumento de sueldo o una mejor paga. A las mujeres, cuando nos toca negociar el dinero, parece que se nos puede tomar menos en serio. Para los hombres, hablar de plata parece ser “lo más normal”.

– ¿La discriminación sobre la mujer también existe al momento de seleccionar las fuentes por parte de los editores? ¿Éstos prefieren fuentes masculinas?

– No lo había pensado, pero creo que si se hiciera (tal vez existe) ese estudio, seguramente las fuentes de las notas serían más hombres que mujeres. En temas como economía, política, ingeniería, “cosas duras”, supongo que eso se extrema. Ni hablar en tecnología, el área donde yo trabajo. Por eso siempre trato de incluir mujeres en mis notas. En la tecnología, además, hay algo interesante: las mujeres al frente de la empresa siempre se exponen como “la mujer que vino a humanizar” la empresa. El caso de Marissa Mayer de Yahoo! es muy interesante. Es noticia por su “mano femenina” en la empresa, por su embarazo, etc. Estoy segura de que su visión empresarial es muy interesante, pero en general es noticia por otras cosas. Y otro punto que me interesa marcar: las agencias de prensa. En mi área, la tecnología, parece que quien tiene que cubrir los temas siempre es primero un hombre. Cuando hay muchas mujeres periodistas muy talentosas (por nombrar sólo a algunas, Irina Sternik, Sabrina Díaz Rato, Martina Rúa, Carolina Martínez Elebi, Julieta Schulkin).

– ¿Se le presta o no atención al tema de la discriminación de género en los medios, dentro y fuera de ellos?

– Creo que hay un doble discurso: por un lado, se dice que se presta más atención. Y por un lado es cierto, y movidas como #Niunamenos ayudan para que se corra positivamente la “pared” respecto de no hablar de estos temas. Pero, por otro lado, en el tratamiento diario sigue habiendo mucha discriminación de género: la culpabilización de una chica violada por “haber estado vestida muy sexy”, la estigmatización de las mujeres que no entran en los patrones de belleza que quieren los medios o la industria de la moda, la cosificación de las mujeres en los medios. Y donde se discrimina, y mucho, es en las redes sociales. La violencia en ese ámbito es significativamente más cruel con las mujeres. Las periodistas mujeres parece que tuviéramos que pedir permiso para decir algo inteligente, y si lo decimos, tuviéramos que soportar agresiones. Pero en general, quienes hacen esto, no son periodistas.

– ¿Existen normas sobre perspectivas de género durante el proceso de producción periodística en el medio donde trabajas o al cual entregas tu trabajo como “freelance”?

– Como decía al principio, tiene muchísimo que ver con el liderazgo, la jefatura, de ese medio, primero. Mis editores practican la igualdad de género, y además incluyen a periodistas que la practicamos (porque es algo que se practica con el trabajo, no se declama y listo).

– ¿Por qué crees que hay tan pocas mujeres en cargos directivos de medios de comunicación, cuando sucede lo contrario en el ámbito de las relaciones públicas o comunicación organizacional?

– Creo que quedó respondido en la pregunta 2. A eso agregaría que hoy vivir del periodismo es casi imposible. Siempre fue difícil, pero ahora se hace cada vez peor. Cada vez que alguien se queja del fin del periodismo, yo le preguntaría (y pregunto) si saben cuánto se paga una nota hoy en un medio argentino y con cuánto tiempo y recursos se trabaja. La precarización es enorme. Sin hablar de los “empresarios” de medios que dejan a sus trabajadores sin pagarles o los echan sin indemnizarlo, como sucede ahora con el Grupo 23 o sucedió con quienes trabajamos en Crítica, el diario de Jorge Lanata, durante 2008/9.

– ¿Mujeres solteras y sin hijos tienen más probabilidad de ascender en los medios?

– No, tienen menos. Pero tienen más posibilidades que las solteras con hijos, que tienen mucho menos.

– ¿Sigue vigente la idea de que hay temas periodísticos (por ejemplo, salud) para mujeres y temas (por ejemplo, deportes) para hombres?

– Sí, sigue siendo un poco así. En un punto, tiene cierta lógica. Pero si una mujer quiere dedicarse a un tema de “hombres” va a ser cuestionada. Lo mismo que si un hombre se dedica a salud o a moda.

Natalia Zuazo

Es licenciada en Ciencia Política (UBA) y Magister en Periodismo (UTdT). Es autora del libro “Guerras de internet, un viaje al centro de la Red para entender cómo afecta tu vida” (Debate, 2015). Escribe sobre tecnopolítica en Le Monde Diplomatique Edición Cono Sur y Brando, entre otros.

Web: guerrasdeinternet.com

Twitter: @nataliazuazo

Puedes leer las respuestas de otras periodistas encuestadas haciendo clic aquí.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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