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Los sistemas de aprovisionamiento de agua pueden presentar una elevada vulnerabilidad frente a fenómenos naturales extremos como inundaciones, lluvias intensas, sismos o terremotos, que causan el desplazamientos masivos de poblaciones o asentamientos rurales aislados.

En pos de ofrecer una solución a este problema, profesionales del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) desarrollaron un dispositivo portátil capaz de tratar el agua con tecnología ultra violeta (UV) y habilitarla para consumo humano.

«La capacidad de producción de la planta es de 3600 litros de agua por hora, es decir, un litro por segundo. Permite desinfectar aguas provenientes de ríos, lagunas, estanques o represas, y se alimenta por un motor que puede utilizarse aún en zonas que no posean energía eléctrica», explicó Guillermo Baudino, director del Centro INTI-Salta, en un comunicado que me envió el instituto.

La planta está compuesta por un sistema de filtros formado por tres tanques que se utilizan para retener posibles sedimentos (dos de ellos contienen grava y el tercero carbón activado); dos recipientes más grandes para almacenar agua (cada uno de 500 litros) y un dispositivo de desinfección por UV.

Este último consta de cuatro tubos fluorescentes que emiten UV y son alimentados a 220V.

El dispositivo es de fácil instalación y supervisión, y requiere poco espacio, ya que sus dimensiones son de 1,45 metro de ancho por 1,55 de alto, y tiene un largo de 3 metros.

Para su mantenimiento y desinfección se debe realizar una limpieza luego de tres horas de funcionamiento a partir de un retrolavado de los filtros con hipoclorito de sodio (lavandina).

Además, posee un bajo costo de operación y mantenimiento y no altera el olor o sabor del agua, la que tampoco pierde minerales una vez tratada.

La luz UV mata bacterias y virus por destrucción de su material genético, previniendo así la replicación.

Entre las principales ventajas de su uso se puede detallar que no se conocen subproductos tóxicos, no tiene peligro de sobredosis y elimina algunos contaminantes orgánicos.

Tiene un bajo impacto sobre el ambiente porque no posee compuestos orgánicos volátiles ni genera emisiones tóxicas u olor en el lugar.

Este proyecto comenzó a desarrollarse a fines de 2014 e incluye al Centro INTI-Salta, al Programa de Tecnología Industrial para la Agricultura Familiar y al Centro INTI-Química.

«El dispositivo, que está desarrollado y disponible para ser transferido, se suma a las acciones que lleva adelante el Instituto para facilitar el acceso al agua apta para consumo humano», concluyó Baudino.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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