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En las últimas horas se han anunciado importantes aumentos en las tarifas de agua, luz, gas, telefonía fija y transporte. Coincide con un sostenido aumento de los precios de los alimentos. Se está concretando el ajuste que se venía previendo desde el año pasado.

La mayoría de los bienes y servicios que aumentan sus precios no tienen sustituto. Por suerte la población podrá continuar informándose, educándose y entreteniéndose gracias a los servicios gratuitos de la radiotelefonía AM y FM y a la TV Terrestre.

El Gobierno ha anunciado diversos paliativos para atenuar el impacto que el brutal ajuste tendrá sobre las clases de menor poder adquisitivo, por ejemplo las tarifas sociales. De igual manera debería completar el despliegue iniciado por Arsat en 2009 de la TV Digital Terrestre Abierta y Gratuita (TDT).

Los licenciatarios y autorizados privados deberían instalar ya sus estaciones de TDT, para aumentar y enriquecer la oferta de ese servicio. Así se sumarían canales de emisoras analógicas, que recibieron frecuencias para transmisiones digitales espejo, la Iglesia Católica, gobiernos provinciales, universidades nacionales y ganadores de concursos. Nadie ha anulado las licencias y autorizaciones concretadas hasta ahora. Es más, el nuevo Gobierno confirmó las adjudicaciones al Grupo Perfil.

Las señales que puedan ser vistas de manera gratuita a través de la TDT deberían estar obligadas a informarlo. Así, muchos hogares podrían tomar la decisión de dar de baja, aunque sea mientras dure el ajuste, el servicio de TV paga de cable o satelital y/o el servicio de Internet. Ningún país, desarrollado o subdesarrollado, ha dejado de desplegar la TDT. En tiempos de crisis o de ajuste como el actual se entiende porqué. Arsat tiene como misiones desplegar la plataforma nacional de TDT, el plan satelital y la Red Federal de Fibra Óptica. También posee 90 Mhz de espectro móvil en su haber, con el que deberá diseñar alguna estrategia útil para el país.

Respecto al plan satelital se han anunciado atrasos debido a problemas de financiación. Y no está claro si el país podrá conseguir las posiciones orbitales necesarias, aunque sea para los anunciados Arsat 3 y 4. Vale la pena un debate amplio sobre cómo debe continuar el Plan Satelital. Está bien que se desarrolle tecnología, pero, ¿debe hacerlo una sociedad anónima como Arsat? ¿Sería viable Aerolíneas Argentinas si tuviera que fabricarse los aviones? ¿Podría competir con otras líneas aéreas que no tienen ese mandato? ¿No habrá que generar una agencia estatal tipo NASA de los EEUU para centralizar allí el desarrollo de todos los satélites, de telecomunicaciones y otros en los que viene trabajando la Argentina?

Por otra parte, ¿alguien ha visto en Buenos Aires o Gran Buenos Aires (para citar a la principal área comercial del país) que alguna empresa esté rompiendo la calle apurándose por llevar fibra al hogar? Tampoco se nota que el servicio de voz o de datos móviles esté mejorando.

Se ha desarmado el marco regulatorio con el DNU que modificó la Ley de Medios (Nota de R.: ley de servicios de comunicación audiovisual) y la Ley Argentina Digital, creando el Enacom. Ninguna empresa va a invertir si no sabe cuáles serán las condiciones que regirán durante los años de recuperación de la inversión. Por ejemplo si deberán compartir infraestructura.

Arsat debe informar a la brevedad un plan integral de comunicaciones universales que incluyan TDT e Internet de banda ancha fija y móvil, con hitos a 5, 10, 15 y 20 años. O sea que debe estar acordado con las otras fuerzas políticas.

A nivel mundial existe el objetivo de proveer banda ancha a todos cuanto antes. Pero, debido a que por muchos años no se ha invertido en nuestro país lo suficiente, tardaremos muchos años más en lograr que todos los ciudadanos tengan Banda Ancha. Mientras tanto la TV terrestre, analógica o digital, abierta y gratuita, servirá para proveer información, educación y entretenimiento. No la descuidemos.

Ing. Luis ValleLuis-Valle

Director del Posgrado en Plataformas de TV Digital de la Universidad Blas Pascal (UBP)

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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