Este 24 de abril se cumplen 101 años del inicio del genocidio armenio. Hace un año, cuando se cumplió el centenario de esta masacre (la foto muestra a una mujer junto a una de las víctimas en 1915), mi hija Agustina escribió el siguiente texto que hoy republicó en su perfil en Facebook, y que comparto aquí textualmente como homenaje a mis antepasados paternos:
«A 100 años del ?#?genocidioarmenio? pienso mucho en mi bisabuelo: Aram Dergarabedian. Un pastor de ovejas, que a los 15 años perdió a toda su familia. Llego a Argentina joven y solo. Con las hormonas alborotadas y la tristeza inmensa de saber que sus seres queridos habían sido asesinados por el Imperio Otomano, de Turquía.
Gracias a su valentía, existo. Con mi apellido larguísimo, que tantas veces tengo que deletrear. Con mis ojos grandes y marrones. Con mi piel aceituna, ni tan blanca ni tan oscura. Con mis rulos, parece que en ?#?Armenia? muchas mujeres tienen el pelo ensortijado.
1,5 millones de armenios no tuvieron la misma suerte. Detrás de cada víctima hay una historia valiosa y desgarradora, como la de mi bisabuelo. Desde hace 100 años que el 24 de abril, es un día triste.
Masacres como esta causan un dolor universal que traspasa las nacionalidades y el paso del tiempo. ?#?BeArmenian?».
Puedes leer más sobre el genocidio armenio en estas notas que publiqué en este blog.