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Agustín Rujana, alumno de la Escuela de La Costa, de la ciudad chubutense de Puerto Madryn, ganó la segunda edición de la olimpíada argentina de tecnología (Oatec) del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).

El centro educativo organizó esta actividad destinada a alumnos de colegios secundarios, estatales y privados.

Luego de un proceso de pruebas y selección en línea, entre el 28 y el 29 de octubre se llevaron a cabo los exámenes finales en la sede porteña del ITBA y se dieron a conocer los ganadores, escogidos entre los 18 finalistas que compitieron.

El primer puesto fue para Rujana (en la foto superior); el segundo, para Rodrigo Devesa, del Instituto Pio IX (Capital Federal); y el tercero, para Tomás Vega, de la Escuela de Educación Técnica n° 4-132 «Químicos Argentinos» (Mendoza).

ganadores-oatecEn un comunicado que me envió el ITBA, Rujana destacó que los proyectos que se presentaron a lo largo de la olimpíada ejercitaron su «poder de improvisación».

La agenda del encuentro incluyó clases especiales, evaluaciones individuales, grupales, teóricas, prácticas, presentaciones de proyectos y prototipos, almuerzos y cenas de bienvenida y cierre del evento, visitas a las distintas sedes y laboratorios, incluyendo la nueva locación del ITBA en el Distrito Tecnológico porteño, y una conferencia especial sobre «El desafío del cambio climático y el medio ambiente en el siglo XXI».

«En esta segunda edición buscamos reforzar el compromiso de los alumnos con la tecnología e incrementar su conocimiento y experiencia en relación a las temáticas de clima y ambiente», expresó Norberto Lerendegui, presidente y organizador de la Oatec.

«Estamos muy contentos con los resultados alcanzados ya que superan ampliamente los obtenidos en la primera edición y abarcan inscriptos de nuevas provincias», agregó.

«En términos generales el nivel alcanzado fue elevado y encontramos soluciones creativas y distintivas por parte de los alumnos a los desafíos planteados», concluyó Lerendegui.

A lo largo de la olimpíada, los alumnos participantes contaron con el apoyo de su docente orientador, pero realizaron el examen en línea en forma individual.

Los participantes que llegaron a la final rindieron en sus respectivos colegios, en una primera instancia, un examen individual común a nivel nacional de múltiple elección a través de la página web de la Oatec.

La evaluación consistió en responder 45 preguntas en 45 minutos sobre el tema de esta segunda edición.

«Es de suma importancia realizar olimpíadas de estas características para estimular el desarrollo de los alumnos en diversas áreas de conocimiento y favorecer su formación», destacó José Luis Roces, rector del ITBA.

«Esperamos, a través de este evento, despertar vocaciones científico-tecnológicas en los jóvenes y contribuir a que los alumnos empleen el método científico, desarrollen habilidades tecnológicas y reflexión crítica, a la vez de transmitir e intercambiar información con sus pares», explicó Roces.

El objetivo de la olimpíada consistió en contribuir a un mayor acercamiento de los alumnos a las tecnologías de la información y la comunicación, y brindarles una nueva herramienta para incentivar el intercambio de conocimientos y experiencias.

Los temas de las próximas olimpíadas se referirán a nanotecnología, mecatrónica, biotecnología, entre otros. El tema seleccionado para el año próximo será salud.

Para las pruebas finales y presenciales en el ITBA, los alumnos provenientes de trece provincias tuvieron que desarrollar dos proyectos en forma grupal y dos proyectos en forma individual, acompañados, además, con una exposición oral.

El primer proyecto consistió en una simulación de cambio climático.

El objetivo de este desafío era lograr que la temperatura media global esté cercano a los valores preindustriales.

Para llevar a cabo esta prueba, los alumnos tuvieron que determinar, en un primer lugar, sus compromisos para ser introducidos en el simulador.

Luego, se discutió el impacto sobre la temperatura media global y la negociación de una solución que cumpla con los requerimientos de cada bloque.

Por último, se introdujeron los datos en el simulador y se discutieron sus resultados obtenidos.

El segundo proyecto consistió en una clasificación de residuos sólidos urbanos.

En una primera instancia, cada grupo tuvo que separar una serie de materiales que se encuentran usualmente en los domicilios trabajando sobre seis categorías: cartón y papel, plástico, orgánicos, metal, vidrio y general.

Por último, los equipos tuvieron que ordenar residuos según su tiempo de degradación.

Para ello, sobre la mesa del laboratorio se ubicaron 10 tarjetas con dibujos representativos de materiales y los alumnos debieron ponerlos en orden creciente de izquierda a derecha de acuerdo al tiempo de degradación.

El tercer proyecto consistió en la purificación de una muestra de agua.

Los participantes tuvieron que realizar un diseño conceptual de la depuración y justificarlo; luego, purificaron una muestra de agua, a partir de diversos materiales suministrados: botellas, papel de filtro, reactivos, material de laboratorio, entre otros.

El cuatro proyecto consistió en la construcción de un anemómetro (aparato utilizado para medir la velocidad del viento), medición, comparación y exposición.

De esta forma, los alumnos construyeron el modelo de un anemómetro y efectuaron mediciones a velocidades de viento diferentes; luego, compararon los valores medidos con el anemómetro estándar con los medidos por el anemómetro construido.

Por último, frente al jurado mostraron el anemómetro construido, explicaron los motivos por los cuales eligieron los elementos utilizados para su construcción y describieron el método seguido para correlacionar las mediciones con los valores del anemómetro estándar.

El jurado evaluó durante un día y medio los cuatro proyectos y seleccionó a los ganadores.

A los 18 finalistas se los ordenó por orden de mérito de acuerdo con el desempeño alcanzado, y se destacó a los tres primeros, quienes fueron acreedores de becas para estudiar en el ITBA.

Integraron el jurado Eduardo Abriata, Laura de Angelis, Leopoldo de Bernárdez, Carlos Ereño, Claudio Muñoz, Mónica Orecchia, Jorge Ratto y Daniel Ryan.

A través de las dos instancias examinatorias se evaluaron aquellas habilidades que se pretendieron incentivar con la Oatec: conocimiento general sobre el tema planteado, lógica deductiva, capacidad de resolver problemas, manejo de órdenes de magnitud, habilidad manual, planificación, economía de esfuerzos y capacidad expositiva.

finalistas-oatec-itbaLos finalistas, además de los tres primeros puestos ya mencionados, fueron Pilar González Crespo, del Instituto Mater Ter Admirabilis (Capital Federal); Pedro Dillon, del Instituto Privado Colegio Manuel Belgrano (Capital Federal); Ignacio Agustín Ugalde, del Colegio Internacional de Las Islas (Capital Federal); Agustina D’Amico, del Instituto La Salle (Vicente López, Buenos Aires); Ignacio Terra Brandes Britos, del Instituto San Luis (San Fernando, Buenos Aires); Lucas Díaz, del Instituto Politécnico n° 6 General San Martín (Rosario, Santa Fe); Gino Legnini Pappalardo, del IPET Nº 266 General Savio (Río Tercero, Córdoba); Facundo Molina, de la EPET nº 4 OEA (Puerto Iguazú, Misiones); Ornella Rotela Fischer Luana, de la Escuela Secundaria n° 13 “Las Palmas del Chaco austral” (Bermejo, Chaco); Lucía Andrea Marcópulos, del Colegio Secundario Presidente Dr. Arturo Frondizi (Corrientes); Mariano Caro Nazabal, de la Escuela de Minas Dr. Horacio Carrillo (San Salvador de Jujuy); Marcos Adrián Kon, del Colegio Padre Ramón de la Quintana (San Fernando del Valle de Catamarca); Facundo Leonel Antonuccio, de la Escuela de Educación Técnica n° 4-132 «Químicos Argentinos» (Mendoza); María Cristina Haug, del Colegio FASTA Miguel A. Tobares (San Martín de los Andes, Neuquén); y Joaquín Otero Schroeder, del Colegio Crucero General Belgrano (Gral. Manuel J. Campos, La Pampa).

En reconocimiento de haber participado en la instancia final, los alumnos, los docentes orientadores y sus respectivos colegios recibieron distintos premios.

Los alumnos de los tres primeros puestos obtuvieron un diploma, una beca del ITBA al 100%, 75% o 50% (de acuerdo con la posición) para el ingreso y la carrera de grado, una notebook (el primero) y tableta (el segundo y el tercero).

A los docentes orientadores se les otorgaron diplomas, una tableta, libros de matemática, física y química, y a los colegios representados, trofeos, diplomas, y libros de matemática, física y química, junto a un equipo de herramientas para los laboratorios de alumnos.

Del 4º al 18º puesto, los participantes recibieron sus certificados; los docentes orientadores, libros de matemática, física y química.

Los colegios recibieron libros de matemática, física y química y un equipo de herramientas para los laboratorios de alumnos.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

One Comment

  • Clelia Gutierrez dice:

    Muy o interesante. Me pone muy feliz como ex docente la importancia que le dan a las Ciencias y tecnologia, tan importante para que los alumnos ingresen en esta era que les va abrir nuevos caminos

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