El represor ilegal Jorge Olivera, quien se había fugado del Hospital Militar porteño en julio de 2013, fue detenido en la tarde del 30 de enero cuando estaba escondido en el baúl de un auto en la casa de su familia, en la ciudad de San Isidro en el norte del Gran Buenos Aires.
Condenado a prisión perpetua en la ciudad de San Juan, acusado por 70 secuestros y desapariciones, como te conté en esta nota, Olivera (a la izquierda, en la foto) fue localizado por el equipo del fiscal Franco Picardi.
Mediante cruces de llamadas telefónicas, los investigadores dedujeron el código que usaba para comunicarse y concluyeron que iría a encontrarse con su mujer.
El año pasado había sido apresado en el barrio porteño de Almagro Gustavo De Marchi (a la derecha, en la foto), el otro represor que se había fugado junto con Olivera.
La fiscalía obtuvo la orden de allanamiento para ingresar al domicilio de Olivera y encontró la cama matrimonial desarreglada de los dos lados y ropa del ex militar.
Lo apresaron tratando de ocultarse en un auto, según informaron fuentes policiales a las agencias de noticias DyN y NA.
Si bien la causa por la fuga está en manos del juez federal Claudio Bonadío, por cuestiones de jurisdicción la orden la libró la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado.
Olivera ahora quedó en manos del Servicio Penitenciario Federal y de la justicia de San Juan, que comprobó su participación en secuestros, torturas y desapariciones, incluido el caso que tuvo a la francesa Marie Anne Erize como víctima.
