Algunos relacionistas públicos y agentes de prensa confunden el uso de WhatsApp con el del correo electrónico, y emplean esta aplicación de mensajería como si fuera un e-mail.
Por ejemplo, envían gacetillas y materiales de prensa por WhatsApp, en archivos adjuntos en formato de texto (Word) o PDF o en el mismo cuerpo del mensaje.
Algunos llegan al extremo de enviar fotografías y hasta videos por ese medio.
Esos materiales consumen el paquete de datos del periodista que recibe esos materiales a través de la red de su operador móvil, siempre y cuando tenga habilitada la descarga automática (no es mi caso).
Además, si se descargan al teléfono, esos archivos ocupan espacio en el teléfono móvil.
Pero más allá de esas cuestiones técnica, hay una práctica: la gestión de esos materiales en WhatsApp es muy ineficiente.
El mensaje con la gacetilla queda rápidamente sepultado por otros mensajes.
Y si el periodista no incluye esos archivos en su copia de respaldo de WhatsApp em la nube, quedarán dentro del teléfono, sin ninguna utilidad.
Hasta ahora, y pese a algunas voces agoreras que vaticinan desde hace años su próxima extinción, el correo electrónico sigue siendo la mejor herramienta para enviar y gestionar la administración de materiales de prensa entre una agencia o área de relaciones públicas y un periodista.