¿Amar?
¿Amar a quien escupe su odio en la cara de sus prójimos?
¿Amar a quienes asesinan los sueños de niños y niñas?
¿Amar al que explota al obrero y se queda con su jornal?
¿Amar al xenófobo, al homofóbico, al filo-nazi?
¿Eso nos pedís, Jesús?¿Amar a quien ayer torturó y a quien hoy reprime?
¿Amar a quien decreta en favor de los ricos de siempre?
¿Amar a quien quita medicamentos a los enfermos?
¿Amar a quienes se ríen del dolor de sus prójimos?
¿Cómo creés que eso sea posible, Jesús?¿Amar a quien persigue a las personas solidarias?
¿Amar a quien encarcela a sus adversarios?
¿Amar a quienes predican evangelios que alienan?
¿Amar a quien arrebata la vida de otro ser humano?
¿Así nomás? ¿Sólo amar?Si, amar, amar y volver a amar.
Porque el amor impulsa a buscar la justicia.
Porque el amor echa fuera los miedos que acobardan.
Porque el amor guía a quienes trabajan por el fin de las opresiones.
Porque el amor allana el rumbo hacia la plenitud.
Porque el amor une a quienes quieren ser fieles a Dios.
Porque el amor desenmascara a los violentos,
a los perversos, a los asesinos, a los hipócritas,
a los acosadores, a los mentirosos, a los encubridores,
a los que lucran a costa del sufrimiento del prójimo,
a quienes son insensibles al dolor ajeno.Amar los expone, los desenmascara, los pone en evidencia.
Amar pone luz sobre sus vidas miserables.
Amar, los condena y nos libera.
O tal vez les dé la ocasión de la redención…
(pero eso será tarea de Dios).
(Intentando desentrañar Lucas 6.27-38).
Gerardo Oberman
Fuente: Tiberíades, Red Iberoamericana de Poetas y Críticos Literarios Cristianos.