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Uno de los lugares más singulares de la Argentina se encuentra en el noroeste de Chubut, en la meseta patagónica, donde una piedra se levanta unos 210 metros de altura, a pocos metros del río que le da el nombre a esa provincia y en un gran marco natural.

Se trata del área natural protegida Piedra Parada, ubicada a 120 kilómetros de la ciudad de Esquel, un sitio de enorme riqueza geológica, arqueológica y paisajística que ofrece todas las posibilidades para la práctica del turismo de aventura.

Los vestigios de una erupción volcánica producida hace 50 millones de años se convirtieron en un lugar increíble que brinda una experiencia única en su tipo en toda la Argentina.

Además de visitar esta formación imponente, hay otras actividades en la zona como la pesca deportiva, la caminata y la escalada en roca, que te compartiré en otras notas.

En este sitio se produjo una gran erupción volcánica, y parte de la lava se convirtió en rocas de colores amarillo, verde, gris, rojo y rosado.

La lava dio origen a esta enorme roca que se yergue en el valle junto al río Chubut que pasa tranquilo casi a su lado.

Visité este lugar el 9 de diciembre de 2016 junto a mis amigas Lidia Garavano y Liliana Merino, con quienes compartí un día inolvidable en este lugar de increíble belleza escénica.

¿Cómo se llega a este lugar? Unos 90 kilómetros separan Esquel de Gualjaina, una localidad que es el último punto con servicios en el camino a la zona del área protegida, que está ubicada unos 30 kilómetros más al este, siguiendo la ruta provincial 12.

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Hicimos base en Gualjaina, donde nos hospedamos en una hostería, y desde allí partimos hacia Piedra Parada.

El camino es de ripio desde Gualjaina, por lo que se debe transitar con cuidado.

Si vas a fines de primavera, como en mi caso, o en verano, te conviene llegar temprano si el día está soleado y cálido, porque las temperaturas pueden subir mucho, en especial en el vecino e imperdible Cañadón de la Buitrera que, creo, vale incluso más la pena que Piedra Parada.

Llegamos antes del mediodía, y dimos a pie una vuelta completa a la piedra.

Como sucede con objetos de gran altura, sean monumentos naturales como esta piedra o edificaciones humanas, observarlos en el lugar donde están emplazados quita perspectiva, pero vale la pena porque se pueden apreciar detalles y contrastes con el paisaje en el que se encuentra.

Una aclaración: la fotografía inicial fue tomada en la ruta 12, pasando la piedra y en dirección a la localidad de Paso del Sapo.

Es un lugar al cual, tres años después de mi visita, van pocas personas, según me contaron conocidos que estuvieron recientemente en la zona.

Es una ubicación remota y difícil de alcanzar. Puede hacer mucho calor en el clímax del verano (enero), pero siempre se puede encontrar una sombra.

Recuerda que los días son muy largos en verano, por lo que se puede recorrer la zona a la mañana y a la tarde y hacer siesta en el río durante la parte más calurosa del día.

Es una zona desértica, por lo que hay grandes variaciones de temperatura durante el día.

Ten en cuenta que este lugar es muy remoto: no hay sala de emergencias a menos de 2 horas de conducir muy rápido. Y no hay cobertura de telefonía móvil.

Te comparto a continuación una galería de fotografías que tomé con un teléfono móvil Motorola Moto Z Play con un accesorio Moto Mods con un lente Hasselblad del paseo a pie alrededor de la piedra.

En las fotos, que puedes ampliar haciendo doble clic sobre ellas, podrás observar a personas escalando la piedra.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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