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El confinamiento social decretado por los gobiernos para ralentizar la propagación del coronavirus ha modificado muchas de nuestras rutinas y estableció nuevos modos de realizar varias de nuestras actividades cotidianas.

Una de las áreas en las que el impacto ha sido más notorio es la educación: en todos sus ámbitos y sin excepciones, el dictado de clases se ha trasladado desde las aulas de las instituciones educativas hacia los hogares, a través de diferentes herramientas virtuales para dar clases en vivo. Y será probablemente uno de los últimos sectores en abandonar la cuarentena.

Esto presenta un desafío para los educadores de todos los niveles; la mayoría está poco acostumbrada a dictar clases 100% virtuales.

Elaboramos una serie de diez consejos para ayudarlos a preparar sus clases virtuales de la mejor manera:

Conocer las herramientas disponibles

Muchas veces confundimos las plataformas de videoconferencia, con las de aula virtual. A priori, ambas cuentan con cámara, micrófono y chat.

Pero estos recursos pueden ser insuficientes para dictar una clase realmente interactiva.

Las aulas virtuales incluyen otros recursos como una pizarra virtual, trabajar sobre una presentación, hacer encuestas rápidas, descargar archivos o completar notas compartidas con los alumnos.

Hay aplicaciones externas que permiten sumar esos recursos de los que algunas plataformas carecen, pero para ello es preciso que el docente lo contemple de antemano. Y la única estrategia para lograrlo es conocer bien la plataforma a utilizar.

Planificar la clase

Toda clase tiene tres momentos: el antes, el durante y el después. En el antes se debe contemplar el perfil de alumnos, las herramientas disponibles y adecuar los contenidos a las mismas.

El durante implica el desarrollo secuenciado de los contenidos, contemplando las actividades, interacciones y pausas. Los tiempos en la clase presencial, no son necesariamente los mismos que en el aula virtual.

El después tiene que ver con las actividades que se pueden dejar para afianzar contenidos y las pautas para el contacto entre docente y alumnos luego de la clase.

Preparar una presentación

Además de ayudar a llevar un hilo conductor acorde con la planificación, sirve como ayuda memoria para el docente y permite sumar todos los soportes audiovisuales necesarios para ilustrar los contenidos a enseñar.

Formalizar pautas y normas de participación

Cuando se inicia un curso o clase aislada, es importante determinar ciertos acuerdos de convivencia adaptados al entorno digital: cómo se manejarán las interacciones, si se dejan los micrófonos abiertos o bien si se habilitarán únicamente cuando se toma la palabra, etcétera.

No abusar de la cámara

Los docentes suelen sentirse más cómodos al ver permanentemente las caras de sus alumnos, ya que comprueban su interés y atención; y también les sirve habilitar su cámara para complementar sus explicaciones con el lenguaje gestual.

Pero el uso de la cámara aumenta significativamente el consumo de datos y a veces los alumnos poseen conexiones débiles o lo hacen desde un celular, con su paquete de datos móviles limitados. Por ello, se recomienda acotar el uso de este recurso a lo estrictamente necesario.

Fomentar la interacción

Al igual que ocurre en las clases presenciales, es importante que se fomente la interacción de los estudiantes.

Esto los obliga a prestar más atención, evita que se dispersen y amplía su compromiso.

Al momento de planificar la clase, debe contemplarse la utilización de la mayor cantidad de herramientas posibles que brinde la plataforma de aula virtual.

Un dato importante: está comprobado que los alumnos jóvenes suelen interactuar más en clases virtuales que en las presenciales.

El hecho de tomar las clases desde la comodidad de sus hogares y hacerlo a través de dispositivos con los que están familiarizados, estimula con fuerza su participación. No debemos atentar contra ello.

Pausas

Dependiendo de la extensión de las clases, hay que planificar cortes diferentes, que permitan a los estudiantes descansar y luego continuar focalizando su atención.

Se recomienda hacer breves pausas de unos minutos, aunque sea sin interrumpir la clase, cada 40 ó 45 minutos; y realizar un recreo de 10 a 15 minutos con interrupción de la clase cada dos horas.

Ejercicios

Como en cualquier clase tradicional, se recomienda siempre dejar ciertas consignas que permitan a los estudiantes repasar de forma individual los contenidos vistos; bien sea para afianzarlos o bien para detectar si hay temas que no se comprendieron y es preciso revisar.

Contacto posterior

Es aconsejable que el docente deje un canal abierto de comunicación con sus alumnos entre clases o posterior a una capacitación aislada, para despejar dudas o analizar situaciones individuales.

Si bien muchas plataformas de aula virtual poseen correo interno o una cartelera de mensajes, se suele accederse a ellas exclusivamente en los horarios de clase pautados.

Por ello, se recomienda establecer una vía contacto que el docente consulte frecuentemente, como una dirección de e-mail.

Seguimiento de consignas

Es importante que el docente revise y haga alguna devolución a sus estudiantes de las consignas o ejercicios que deja luego de cada clase.

Si no lo hace, es probable que los alumnos no se comprometan con su cumplimiento, atentando contra el objetivo de afianzar contenidos e identificar dudas que poseen estas consignas.

Si bien en algún momento volveremos a las aulas, las clases virtuales llegaron para quedarse. Por ello es preciso que comencemos a familiarizarnos con este formato y repensemos nuestros modos de enseñar y evaluar a los estudiantes en este nuevo paradigma.

Nicolás López

Socio y coundador de Aulanexo.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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