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Mi amigo Jorge Araujo y su esposa Patricia residen en la bella ciudad ecuatoriana de Cuenca, donde desarrollan a través de la Fundación Núr un intenso y amplio trabajo solidario con personas en situación de pobreza, una tarea que se multiplicó a causa de la pandemia del coronavirus.

Jorge, uno de los 50 amigos con quienes celebré mis 50 años, como te conté en esta nota, me contó recientemente que estos últimos años su vida se aceleró hacia un camino de servicio a los necesitados.

En estos meses de pandemia, gracias a la colaboración de «muchísimas personas de buen corazón», entregaron a familias en estado de máxima necesidad 1.128 kits de alimentación y lo hacen cada semana con 41 familias.

Cada kit contiene la comida necesaria para una familia tipo, para una semana.

Es decir, han provisto desde el 18 de marzo al 30 de septiembre 61.138 raciones individuales de alimentos.

Han cubierto 382 pedidos urgentes de medicinas, frazadas, leche maternizada o pañales.

Han entregado en forma constante ropa a las familias beneficiarias de la fundación y a otras necesitadas.

Por medio de su ropero solidario gratuito, con dignidad, cada familia elige y decide qué llevar.

También han compartido su ropero solidario con otras organizaciones de ayuda y con cuatro comunidades rurales.

En el momento de mayor hambre en Cuenca consiguieron la donación de 60 cerdos.

Los trasladaron, faenaron y repartieron entre más de 1.000 familias pobres de Cuenca y de zonas rurales cercanas.

Ayuda para emprendimientos

Implementaron un programa para ayudar a 16 familias en la creación y consolidación de iniciativas emprendedoras para que puedan generar ingresos y ser autosostenibles.

Les dieron formación adecuada, soporte en su implementación y donación o préstamo de elementos necesarios.

Desde el primer dia del confinamiento por la pandemia, transformaron a un formato virtual su programa de clases para niños, con la ayuda de 15 profesionales tutores voluntarios desde varios países, entre ellos psicólogos, educadores y comunicadores.

Ya llevan emitidas más de 250 horas de clases de valores y virtudes, apoyo y contención frente a la crisis, títeres, manualidades y entretenimiento para más de 30 niños desfavorecidos.

«La situación general es crítica: pandemia, economía y política se conjugan», me dijo Jorge, coordinador de la Fundación Núr y administrador de la Red Solidaria Cuenca. A tal punto que algunos voluntarios de la fundación, profesionales, clase media, han perdido sus trabajos y los ayudan con comida.

Puedes conocer más sobre la Fundación Núr, el trabajo que realiza y las maneras de colaborar con ella aquí.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

2 Comments

  • Jorge Araujo dice:

    Querido Cesarito, gracias por haber compartido nuestro trabajo. Han sido meses tan difíciles que recién hoy veo la publicación. Perdón la demora en agradecer. La segunda ola esta comenzando fuerte estos últimos días de Marzo, los hospitales ya están superados en Cuenca y no quedan camas, y cada día recibimos mas pedidos de comida de madres que se enferman, y deben quedarse encerradas con sus hijos sin salir a ganar sus monedas. Esto se suma a las mas de 40 familias que ya estamos apoyando semana a semana. Es obvio decir que también estamos totalmente superados. Estos días viendo el sufrimiento de una familia, que está soportando una injusticia tras otra, recordé cuando hace casi 40 años me contaste la historia de Job. Espero que esta crisis sanitaria, económica, migratoria y política termine pronto. No todos tendrán su paciencia. Abrazo grandote!

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