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El Museo de Arte Digital de Latinoamérica (Mala) es una galería virtual que abrió a fines de junio y está compuesta por obras de token no fungibles (NFT, sigla en inglés), provistas por un centenar de artistas.

Las galerías digitales de Mala, en vez de colgar cuadros albergan NFT, un bien digital único, indivisible, irremplazable y que tiene la capacidad para probar su escasez.

Los NFT cobraron envergadura mediática este año como los nuevos objetos fetiches de los coleccionistas. Están basados en la tecnología de cadena de datos informáticos (Blockchain) y pueden ser casi cualquier cosa en formato digital. Por ejemplo, un dibujo, una música, un tweet o un video.

Como te conté en esta nota, los NFT son un tipo de activos digitales diseñados para ser únicos, una característica que comparten todos los bienes coleccionables, como las obras de arte, estampillas, discos de vinilo, etc.

Se trata de una pieza digital es un conjunto de datos. Así se pueden realizar copias infinitas de ese archivo, indistinguibles entre sí, sin que la pieza pierda calidad. Esto ocurre con cualquier texto, imagen, archivo de audio o video en Internet.

El protocolo que se encuentra de los NFT permite crear, por primera vez en la historia, bienes digitales escasos, únicos y por lo tanto coleccionables. Esto es posible gracias al desarrollo de la tecnología Ethereum, que incorpora información adicional al archivo y deja registrado de forma permanente un sello digital o certificado que indica que ese es el archivo digital original.

Cualquier activo puede convertirse en un NFT por medio de un proceso llamado «tokenización» e implica registrar sus datos en una Blockchain.

Esto es, una base de datos global que permite registrar de forma permanente información encriptada y que opera como soporte para todas las criptomonedas. Al hacer esto, ese activo se «convierte» en un token, el cual se puede comprar y vender en plataformas diversas.

Por esta razón estas obras no se digitalizan, sino que de por sí son digitales. Los NFT otorgan un certificado de propiedad atado a la obra de forma permanente y la posibilidad de comercializar esas piezas fácilmente como sucede con cualquier activo digital, sin intermediarios, curadores ni galerías de arte.

Incluso este concepto se aplica un código de software, como fue el siguiente caso reciente. El británico Tim Berners-Lee creó el código original que dio forma a la web hace más de 30 años.

Ese código fuente inicial para un navegador web fue subastado en junio por 5.434.500 dólares, que un desconocido pagó por el NFT que le acredita como poseedor de la copia digital de las 9.555 líneas de código, una animación en video de 30 minutos visualizando el código, un poster y una carta digitales firmada por el propio Berners-Lee.

Según me informó en un comunicado este museo, creado por un grupo de emprendedores argentinos entre los que se encuentran Juan Pablo Papaleo y Lucas Doiver, el Mala exhibirá sus colecciones de NFT en la plataforma OpenSea. Combina la muestra artística con la parte comercial. A continuación, algunas obras que aparecen en el perfil del museo en Instagram.

Nota de redacción: Mala es un acrónimo. Me ajusto a lo que sugiere la Fundación del Español Urgente aquí, de escribir una sola letra en mayúscula, y no como lo hace el museo, MALa.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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