En las primeras etapas de implementación de tecnología en las organizaciones, cuando nos dedicamos a escuchar y comprender las necesidades de los clientes, surge una reflexión muy recurrente: “¿Por qué hacemos esto de esta forma?”
Y, muchas veces, la respuesta es: “Porque siempre se hizo así”. Este tipo de razonamiento, puede convertirse en el mayor obstáculo para el crecimiento, la innovación y la adaptación a un entorno cada vez más competitivo.
Lo primero que se debe hacer para desafiar este «Mindset» (Nota de R.: «mentalidad» o «programación mental») es mostrar que, aunque es natural aferrarse a prácticas conocidas, hay otras formas de hacer las cosas, formas que pueden desbloquear oportunidades de mejora tanto en tareas individuales como en procesos de todo un sector.
Este cambio comienza con el entrenamiento de las personas para identificar nuevas oportunidades en su día a día, empoderándolas para ser parte activa de la transformación.
Cuando los equipos adoptan esta mentalidad, se gana agilidad en las operaciones y se crean caminos para identificar proyectos que pueden resultar en ahorros significativos, aumento de clientes o nuevos modelos de negocio.
Sin embargo, no nos detenemos ahí. Una vez que se han optimizado procesos y empoderado a las personas, entran en juego la tecnología y la automatización. Estas herramientas no solo potencian la eficiencia, sino que liberan a los equipos para centrarse en actividades de mayor valor.
Por ejemplo, mediante la automatización de tareas repetitivas con robots de proceso (RPA, sigla en inglés), los empleados pueden dedicar su tiempo a iniciativas estratégicas que impulsen el crecimiento.
Además, las soluciones basadas en inteligencia artificial (IA) pueden ser aprovechadas para resolver necesidades específicas de cada empresa, adaptándose a los recursos y objetivos particulares de cada organización.
Herramientas como los asistentes digitales permiten personalizar la experiencia y maximizar el impacto en los resultados, conectando la tecnología con las metas estratégicas del negocio.
Un aspecto crucial en este proceso es cambiar el enfoque sobre el retorno de inversión (ROI, sigla en inglés). Muchas empresas se preguntan: “¿Cuál será mi retorno si invierto en automatización?”.
Si bien esta es una pregunta válida, es más importante cuestionarse: “¿Qué pasa si no hago esta inversión?”. Ignorar estas oportunidades puede significar quedarse atrás en un mercado que no espera.
Transformar una organización es un viaje complejo, pero con el mindset adecuado, el apoyo de tecnología bien aplicada y un enfoque claro en los beneficios a largo plazo, es posible lograr resultados extraordinarios.
Director de RMR Technology Solutions.
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