La muestra “Sin título” del dúo artístico Mondongo en las salas del centro cultural Arthaus Central, en el Centro porteño, fue uno de los acontecimientos culturales más impactantes del año en Buenos Aires.
Inaugurada en noviembre y cerrada en abril, la muestra del dúo creativo formado por Juliana Laffitte, excompañera de trabajo de un servidor en el periódico mensual evangélico El Puente, y Manuel Mendanha, estuvo integrada por una selección de obras que desafían los límites del arte contemporáneo argentino, invitando al público a una experiencia multisensorial y reflexiva.
Desde monumentales calaveras hasta instalaciones inmersivas y arquitecturas cromáticas, la exposición confirmó el lugar de Mondongo como referente de innovación y audacia en el panorama artístico actual.
Un recorrido por la muestra: arte, materia y memoria
Al ingresar a Arthaus, el visitante ingresa en un antiguo banco transformado en espacio cultural, donde cada sala propone un universo distinto.
La exhibición de Mondongo se articuló en tres grandes núcleos: la serie de Calaveras, la instalación Dólar y Glow in the Dark, y la imponente arquitectura de El baptisterio de los colores.
Este recorrido, que realicé el 27 de febrero, no solo permitió apreciar la destreza técnica y conceptual de Mondongo, sino también comprender las obsesiones temáticas que atraviesan su obra: la muerte, el dinero, la naturaleza, la identidad y el color como lenguaje universal.
Calaveras: un mapa de la cultura popular hecho con vanitas
La exposición se abrió con un video que recorrió la serie de 12 calaveras realizadas en plastilina sobre madera, una de las marcas registradas de Mondongo.
En la sala principal, dos de estas piezas -Calavera II y Calavera VIII- se exhibían imponentes, capturando la mirada del espectador con su minuciosidad y densidad simbólica.
Cada calavera es un verdadero mapa cultural: en su superficie, cientos de figuras diminutas modeladas a mano representan íconos de la ciencia, la literatura, la política y la cultura pop.
De Charles Darwin a Los Simpsons, de Jorge Luis Borges a Charles Chaplin, de El Eternauta a Rodolfo Fogwill, el universo de Mondongo se despliega en un juego de referencias cruzadas que invita tanto a la contemplación como a la búsqueda de significados ocultos.
El resultado es una actualización de la tradición de las vanitas, aquellas naturalezas muertas barrocas que recordaban la fugacidad de la vida, pero aquí reescritas desde la mirada irónica y lúdica del siglo XXI.
Dólar y Glow in the Dark: dinero, naturaleza y lo invisible
En el segundo piso, la atmósfera cambiaba radicalmente. La sala, sumida en la oscuridad, solo era interrumpida por destellos de luz que revelaban la instalación Dólar, de la serie Merca.
Esta obra, perteneciente a la colección de Andrés Buhar, está realizada con miles de clavos e hilos de acero, formando la figura tridimensional de un billete de dólar. Sin embargo, el billete aparece enjaulado tras una red de hilos blancos que, al fosforecer bajo la luz negra, lo hacen por momentos invisible.
Alrededor, 23 placas acrílicas dibujaban escenas de animales con hilos fosforescentes, inspiradas en los diarios de viaje de los conquistadores que retrataban el Nuevo Mundo.
La instalación se completaba con sonidos selváticos creados por Ismael Pinkler y textos de Sergio Bizzio, sumergiendo al visitante en un clima de selva artificial, donde la naturaleza y el dinero se enfrentan en un contrapunto inquietante.
El uso de la pintura “glow in the dark” -que brilla en la oscuridad- añadía un componente lúdico y retro, evocando recuerdos de la infancia y el juego creativo.
La obra Dólar, más que una crítica directa al capitalismo, se convierte en un elogio del trabajo y la paciencia, una invitación a contemplar la materialidad y el tiempo invertido en la creación artística.
Pero en esta versión, la naturaleza parece reclamar su lugar, brillando con fuerza mientras el símbolo del dinero se apaga, sugiriendo una reflexión sobre los valores contemporáneos y la relación entre humanidad y medio ambiente.
El baptisterio de los colores: arquitectura cromática y experiencia sensorial
En la terraza de Arthaus, Mondongo presenta El baptisterio de los colores, una instalación monumental compuesta por doce caras y 3.276 bloques de plastilina policroma, espejos y luces LED.
Esta “obra-arquitectura” fue originalmente concebida para la muestra “Conejos blancos” en 2021 y encontró en Arthaus su ubicación definitiva, convirtiéndose en un nuevo ícono del espacio cultural.
Inspirada en el círculo cromático desarrollado por Johannes Itten, el célebre profesor de la Bauhaus, la estructura de hierro y madera alberga bloques de plastilina fabricados especialmente para Mondongo, mezclados hasta lograr una variación cromática de apenas un gramo entre cada uno.
El resultado es un laboratorio de experimentación cromática, donde el visitante puede sumergirse en un ambiente de luz, color y reflejos, experimentando el color no solo como elemento visual, sino como experiencia física y emocional.
El baptisterio funciona también como un espacio de tránsito: sus tres puertas, ubicadas en las celdas de los colores primarios, invitan a los visitantes a atravesar el umbral entre la terraza cubierta y la descubierta, en un gesto simbólico de transformación y renacimiento.
La obra, además, permite modificar su diseño interior para explorar nuevas combinaciones de colores, consolidándose como un laboratorio vivo de creatividad y percepción.
La muestra “Sin título” de Mondongo en Arthaus Central fue mucho más que una exposición: fue una invitación a experimentar el arte desde todos los sentidos, a dejarse sorprender por la materialidad, el color y la imaginación desbordante de un dúo que supo reinventar la tradición artesanal en clave contemporánea.
Cada obra, cada sala, cada detalle, es testimonio de una búsqueda incansable por encontrar nuevos lenguajes y formas de interpelar al espectador.
Galería de fotografías de la muestra «Sin título» de Mondongo
Te comparto una galería de fotografías de la muestra «Sin título» de Mondongo, tomadas, al igual que los videos de esta nota, con un teléfono móvil Samsung Galaxy S24 Fe.
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