Los robots de próxima generación y los cobots (robots colaborativos) redefinen la interacción entre las personas y las tecnologías de la información, con un cambio de paradigma en la productividad.
A diferencia de la automatización tradicional, que se limita a tareas repetitivas en entornos controlados, los cobots integran capacidades cognitivas y adaptativas.
Equipados con sensores, visión e inteligencia artificial, pueden interpretar, aprender y tomar decisiones en tiempo real. Esta evolución va más allá del binomio «máquinas versus personas», forjando un modelo colaborativo donde los robots asumen las tareas repetitivas, liberando a los trabajadores para enfocarse en actividades complejas, creativas o analíticas.
Un reciente estudio de la empresa informátrca Softtek, que evaluó 25 tendencias tecnológicas emergentes, posicionó a los robots de próxima generación y cobots en el segundo lugar, a la par de la inteligencia artificial general.
Martín Medina, gerente de servicios y líder de ofertas RPA en Softtek, destacó que “los robots colaborativos representan mucho más que una evolución tecnológica: son un catalizador de transformación organizacional. Al trabajar junto a las personas, no solo optimizan procesos, sino que reconfiguran la manera en que concebimos la productividad y la seguridad en los entornos de trabajo”.
Despegue de la robotización colaborativa en la Argentina
Aunque la Argentina aún se encuentra por debajo del promedio global en robotización, con 25 robots por cada 10.000 empleados manufactureros, frente a los 151 del promedio mundial según la International Federation of Robotics, la tendencia es al alza.
Sectores como automotriz, electrónico, alimentario y logístico ya integran cobots. En polos industriales como Tierra del Fuego, estos robots son parte integral del ciclo de producción en plantas electrónicas.
Simultáneamente, se observa un crecimiento en el desarrollo de soluciones locales y una mayor apertura de las pymes hacia estas tecnologías.
La facilidad de programación de los cobots, que permite su configuración en minutos sin conocimientos avanzados, y su adaptabilidad a entornos cambiantes, los hacen especialmente atractivos en un contexto donde la flexibilidad operativa es crucial para la supervivencia empresarial.
Impacto en el talento y la cultura organizacional
Los cobots van más allá de la automatización rígida, operando eficazmente en entornos con variables fluctuantes gracias a sus capacidades adaptativas.
Sin embargo, esta flexibilidad requiere inversiones significativas en capacitación del capital humano y el desarrollo de interfaces intuitivas que garanticen una interacción fluida y segura.
Medina subrayó que «además de facilitar un trabajo conjunto y seguro entre humanos y robots, la robótica de última generación habilita procesos más ágiles, flexibles y escalables, y ofrece ventajas competitivas especialmente relevantes en manufactura, logística, retail y salud, donde la optimización operativa es crítica.
Sin embargo, es una tecnología que presenta desafíos en cuanto a costos, la capacitación de la fuerza laboral y la interacción humano-robot».
El mercado en expansión
El panorama internacional confirma el potencial disruptivo de esta tecnología. La consultora Mordor Intelligence estimó que el mercado global de robots colaborativos, valuado en 1,9 mil millones de dólares en 2025, alcanzará 4,88 mil millones de dólares en 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 20,76%.
La consultora Precedence Research, con una proyección aún más optimista, prevé una expansión de 4.210 millones de dólares en 2024 a 71.260 millones de dólares en 2034, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 32,70%.
Estas cifras no solo reflejan la maduración tecnológica, sino también la creciente confianza empresarial en el retorno de inversión de estas herramientas.
La robótica colaborativa no es una visión de futuro, sino una realidad presente en las cadenas de producción argentinas y en la agenda de inversión de empresas que buscan diferenciación.
El reto consiste en combinar el talento humano con la inteligencia de los cobots para establecer un nuevo estándar de productividad y resiliencia.
Las compañías que logren esta integración obtendrán ventajas competitivas sostenibles en un entorno cada vez más automatizado e inteligente.
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