“Voy camino al periódico. Se murió García Márquez. Abrazo”.
El mensaje vía WhatsApp enviado desde Colombia por mi amiga Natalia Estefanía Botero derivó en esta ofrenda de gratitud al compatriota de mi colega y premio Nobel de Literatura fallecido el 17 de abril a los 87 años.
Mi carrera como periodista tuvo un salto trascendental en 2000 cuando fui becado por la Fundación Gabriel García Márquez para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) para participar en la ciudad de México, donde el escritor colombiano murió, en el primer taller sobre periodismo e Internet que organizó esta institución.
“Gabo” había fundado en 1994 esta entidad como resultado de una antigua preocupación personal: el novelista y cuentista, quien inició como reportero su carrera de escritor, quería estimular las vocaciones, la ética y la buena narración en el periodismo, sobre aspectos tan variados como el uso del grabador o la función de los editores.
En ese taller, que condujo magistralmente el periodista brasileño Rosental Calmon Alves en la redacción del diario Reforma, comprobé la necesidad que tenemos los periodistas de revisar y evolucionar en forma permanente en nuestra práctica laboral.
Al respecto, sugiero leer el discurso de García Márquez ante la 52a. asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Los Ángeles, Estados Unidos, el 7 de octubre de 1996.
En ese mensaje, que puedes leer completo aquí, dijo:
“…el periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente”.
En la siguiente entrevista, “Gabo” afirma que siempre se reconoció como periodista:
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=fmxTWnl6myU&w=640&h=480]Jaime Abello Banfi, director general de la FNPI, definió así a García Márquez:
“Un creador genial, un ser humano lleno de sabiduría, humor y ternura, un trabajador incansable, que supo mostrarnos que la mejor manera de aprovechar un trayecto vital es siguiendo la vocación personal, con la terquedad y disciplina que dan cimiento al talento y la pasión”.
Lamento profundamente la partida de Gabriel García Márquez, a quien estoy agradecido porque iluminó mi vida con sus relatos, su compromiso con la buena literatura y el buen periodismo, y su obra de formación de periodistas a través de la FNPI.
César, admiro la pluma de García Márquez, como manejaba las palabras, pero hay algo que mee duele de una persona tan talentosa que ejercía el periodismo: se sentaba a comer a la mesa de un dictador, como Fidel Castro, que prohibe y persigue al periodisno libre de su país. Una contradicción que mancha su trayectoria, sin dejar de reconocer la belleza de su lenguaje. Abrazo.