En mi cobertura de la edición 2017 de la feria informática electrónica CES en enero en la ciudad estadounidense de Las Vegas, descubrí un televisor singular de la empresa surcoreana LG: el Signature OLED W.Al verlo de frente parece y lo es realmente enorme, con sus 65 pulgadas, casi 165 centímetros, de pantalla con una resolución 4K.
Pero cuando lo rodeé lo perdí de vista, algo lógico porque la pantalla tiene un grosor de sólo 2,57 mm, casi como una lámina de papel.
La W del nombre del televisor se debe a que en inglés el papel de empapelar las paredes se denomina «wallpaper».
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=y40Kx1dJWYE&w=560&h=315]El equipo, con su grosor y sistema de montaje, casi parece más un objeto de decoración que un producto de electrónica.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=fSFqSNygCEc&w=560&h=315]En lugar de anclarse a la pared mediante un sistema de sujeción atornillado, como hacen otros televisores planos, se monta sobre un sistema magnético que elimina el espacio que separa la pantalla de la pared.
Tiene un único cable plano que es posible ocultar o disimular fácilmente y que conecta la pantalla a una barra con los puertos HDMI, la electrónica y unos altavoces de sonido envolvente certificados como Dolby Atmos.
El efecto es sorprendente y lo consigue al mismo tiempo que mantiene las ventajas de la tecnología OLED sobre los paneles clásicos de LCD o IPS, como la posibilidad de mostrar un mayor contraste, un negro puro y un mayor rango de colores.
LG no informó en esa ocasión ni el precio ni la disponibilidad, algo habitual con muchos productos que se lanzan en el CES.