En un viaje que realicé durante 9 días en agosto de 2017 por China, invitado por la empresa Huawei, observé en las ciudades de Beijing y Shenzhen centenares de bicicletas estacionadas en las veredas, que se liberan mediante un código QR escaneado en un teléfono móvil.
Las ruedas de las bicicletas, que no están encadenadas, están trabadas por un mecanismo que se libera cuando el usuario escanea el código QR que tiene el rodado con su celular desde una aplicación como Wechat o de la empresa concesionaria del servicio.
Una vez que se escanea el código QR, el usuario recibe un mensaje de texto (SMS) o en la misma aplicación un código que debe introducir para liberar la bicicleta.
Cuando finaliza su viaje, el usuario deja la bicicleta en un sector donde hay rodados de la misma compañía y vuelve a escanear el código QR para informar la finalización de su traslado.
El rodado vuelve a trabarse en forma automática y el viaje queda registrado en la aplicación y se abona vía Wechat o desde el mismo programa.
Las bicicletas están pintadas con colores chillones que identifican a la empresa concesionaria del servicio.