Las siguientes respuestas forman parte de la encuesta “Las novedades del año viejo 2017”. Más información sobre esta encuesta aquí.
Películas
Dos series: El tiempo entre Costuras, y Merlín, para compartir con mi hijo, ambas de Netflix. El jardín de Bronce, de Flow, del libro homónimo.
Comidas y bebidas
Las comidas con amigos, no importa lo que estemos comiendo. El vino argentino siempre. Esta vez le dejo mi voto al Anarco (cabernet-bonarda) de Finca Las Payas. El Gran Corte de Salentein, el Sapo de otro pozo, Origen Andino, y los vinos recién comenzados a elaborar, con tres días de tanque de acero inoxidable de distintas líneas de Bodega Trivento.
Libros
La mujer y el vino, Pablo Lacoste. El Jardín de Bronce, Gustavo Malajovich.
Canción, músico, recital
Puente, de Cerati, sigue siendo mi favorita.
Obra teatral
Cirque du Soleil con Soda Stéreo.
Tecnologías de la información y la comunicación
La Cartagena de Gabo, para revivir Cartagena cada vez que quiero.
Lugares, viajes, experiencias
Cuba, en vacaciones, con mi hijo y mi amiga Alicia Ryzewski; Barcelona, con mis colegas de trabajo; Cartagena, donde pude conocer a más gente de mi mundo laboral, que hoy tengo de amiga. Rosario, con mi hijo y su escuela, para jurar la Bandera; Puerto Madryn, con mi hijo y Gabriela Ryzewski; Mendoza, para cerrar el 2017 y abrir el 2018, con mi familia, mi amiga Marcela Marques y su hija, y mis amigos de toda la vida.
Logro o meta personal, laboral, profesional alcanzado en 2017
Logro laboral: haber regresado a la radio en formato unipersonal, y volver a ejercitar el músculo de ese medio. Haber bajado los 40 segundos en los 50 metros libre en la posta femenina del equipo de natación.
Espacio libre
Este año fue muy importante porque logré dar con una parte de mi identidad, que desconocía. Encontré a la mamá de mi papá, a mi abuela, después de saber que mi papá era adoptado y después de un tiempo largo de búsqueda. Y lo hice en compañía de una amiga, Alicia Giorgetti, condimento que le da un valor agregado a todo este proceso, que se extendió durante años, que tomó ímpetu en 2016 y que se concretó en 2017. Ese trabajo de búsqueda implicó elaborar todo un proceso interno, personal, que aún no terminó en mí. Estoy comenzando a entender lo importante de los principios, sus desarrollos, sus consecuencias, sin juzgarlos, y trabajar sobre ellos en uno mismo para al menos intentar concretar el proceso de transformación que, al menos yo deseo en mí. La búsqueda tuvo innumerables condimentos, y creo que aún no terminaron de caerme todas las fichas que esto representó para mi, y también para mi familia. No todo es color de rosa, y de eso también se aprende. Tal vez la aceptación sea lo más difícil. En eso estoy. Sin embargo, siempre hay compensaciones. Inesperadas. Lo maravilloso de todo este proceso es que, días antes de la Navidad, apareció un tío de mi papá, al que venía buscando desde hacía largos meses. Cuando menos lo esperaba, ocurrió. Y esto ha sido de una alegría enorme para mí, para mi papá y para gran parte de mi familia. El camino recorrido en todo este 2017 (consecuencia de lo hecho en 2016) ha sido fenomenal. El cariño, el afecto, el apoyo, el amor (porque en este caso no son sinónimos, son todos sumatoria) encontrado fue el mejor regalo de este 2017. Y estoy muy agradecida. Confío en que será la antesala de un ya preciado 2018.
Andrea Catalano
Periodista, con tendencia al telco-tecno. Mujer, madre y arrrrrrrrrrgentina.
Puedes leer las respuestas del resto de los encuestados haciendo clic aquí.