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En los últimos años, la domótica dejó de ser un artículo de lujo y se convirtió en accesible para cada vez más personas y familias. Ya sea por seguridad, por confort o por ahorro energético, cada vez más personas se deciden a manejar la casa desde el celular.

Gustavo tiene 35 años, trabaja en el sector de la industria de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y es padre de dos niños.

Vive en una casa en la ciudad de Pilar, en el noroeste del Gran Buenos Aires, con pileta de natación, y de a poco la fue haciendo “inteligente” con la instalación de dispositivos cada vez más pequeños y sofisticados.

Por ejemplo, cuando él o su esposa no están en la casa y la puerta principal se abre, les llega una foto de la persona que entró al celular. ¿La conocen? ¿Es un pariente o alguien que estaban esperando?

También Gustavo sabe si sus hijos se metieron a jugar en la piscina y puede monitorearlos desde su oficina en el barrio porteño de Belgrano.

Por supuesto que no está todo el tiempo mirando la pantalla de su teléfono móvil, pero se siente aliviado al saber que tiene en su mano la posibilidad de estar al tanto de lo que pasa en su casa cuando él no está.

“Es seguridad, tranquilidad, y también es ahorro de energía, algo importante en los tiempos que corren”, aseguró, en un testimonio que me envió en un comunicado Life2Better, una empresa que importa y comercializa este tipo de domótica.

«El dispositivo al cual están conectadas las lámparas LED miden el gasto energético, entonces lo podés programar para que las luces de una habitación se apaguen después de determinado lapso de tiempo, o regular la intensidad según la luminosidad del ambiente de manera automática», explicó.

Las luces se encienden «cuando se detecta algún movimiento adentro de la casa para mayor seguridad”.

Esto último tiene su historia: una madrugada, uno de sus niños fue al baño, no prendió la luz y como estaba todo oscuro, se cayó de la escalera.

Gustavo decidió entonces que se tenga en cuenta la luminosidad del ambiente para que se enciendan las luces o no de los diferentes sectores de circulación hogareña.

Desde la aplicación que tiene en su teléfono móvil puede, incluso, modificar las variables de todos sensores instalados en su hogar.

“En la cocina y en otros lugares clave pusimos sensores de humo, también sensores ante un foco ígneo, que cierran la llave de gas, y otros que ante la detección de inundación cierran automáticamente la llave del tanque de agua”, contó Gustavo. “No es obsesión. Sencillamente, ganás en tranquilidad”, sostuvo.

Tampoco se trata de tener un “gran hermano” en su propio hogar, pero si la tecnología ofrece elementos para poder monitorear la casa a distancia, para muchos como él, es un generador de tranquilidad.

No hay ni cables ni aparatos que desentonen, ya que los elementos técnicos pasan inadvertidos y pueden estar sobre la mesada de la cocina, como un adorno más en la biblioteca, en una esquina imperceptible de las paredes o en el techo.

Todos estos circuitos de domótica tienen medición de consumo de energía (gas, electricidad, agua, entre otras) con lo cual se puede controlar y automatizar las luces «dimmerizables», que permiten un ahorro de energía eléctrica; y programar un circuito «on/off» de encendido de luces y de artefactos eléctricos.

Por ejemplo, que en función a la geolocalización del usuario se enciendan las luces, la calefacción o el aire acondicionado teniendo en cuando si el habitante está llegando a la casa, lo cual se puede combinar con un circuito de música o la televisión.

“Todo el sistema te permite maximizar el confort, la seguridad y la eficiencia energética; y a valores más accesibles de lo que muchos creen”, destacó Sebastián Ikonicoff, socio fundador de Life2Better, que en la Argentina representa a Fibaro, una marca europea que ofrece sistemas y equipos para crear casas inteligentes de avanzada.

“Todo está integrado a un único sistema, aumentando la seguridad, logrando ahorros de energía y con la posibilidad de controlarlo desde cualquier lugar del mundo”, resaltó.

¿Cuáles son los beneficios inmediatos de esta domótica? Las “casas inteligentes” permiten mejorar la calidad de vida en estos aspectos:

  • Confort: entre muchas posibilidades, se pueden programar diferentes escenas, como el encendido de las luces en medio de la noche a una potencia menor para no lastimar la vista; que la temperatura de la casa se regule en forma automática de acuerdo a la ocupación; que las cortinas se levanten por la mañana de manera gradual para ir despertándose con luz natural, entre otras opciones.
  • Seguridad: se puede simular presencia en casas vacías; detectar y alertar ante filtraciones de agua, humo o gases; monitorear el comportamiento de los adultos mayores que viven solos (por ejemplo, saber si la temperatura ambiente es acorde y ajustarla a distancia, o detectar si se levantó de la cama o no, si abre la heladera, si dejó alguna puerta abierta, etc.); detectar movimiento en el interior de la vivienda o en una zona particular, entre otras.
  • Eficiencia energética: se puede reducir un 30% el consumo anual con esta tecnología, ya que los sistemas miden el consumo de los dispositivos conectados y permiten tomar decisiones al respecto, como apagar las luces de una habitación si no se detecta movimiento en un determinado rango de tiempo; o reducir la potencia de lámparas de acuerdo al horario, bajar o subir la intensidad de los climatizadores dependiendo de la temperatura o simplemente apagar remotamente las luces que quedaron encendidas.

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César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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