En épocas donde parece ya estar todo inventado, son cientos los argentinos que día a día trabajan para aportar su granito de arena a la contribución de un mundo mejor, más integrado, más eficiente y con mejores oportunidades.
Ante este nuevo escenario de hiper conectividad, explosión de los datos y nuevas tecnologías, también cambian las formas en las que se realizan los negocios, especialmente los agropecuarios. ¿Cómo puede, entonces, sumarse el campo a la ola tecnológica?
En la actualidad, son muchos los productores agropecuarios, sobre todo las nuevas generaciones, que ven con buenos ojos la posibilidad de incorporar tecnología a los procesos tradicionales.
Si la Argentina es sinónimo de campo, no resulta extraño, entonces, pensar que emprendedores y empresas consolidadas vean el sector como una posible explosión de nuevos ingresos y dediquen sus esfuerzos a brindar soluciones disruptivas.
Estamos en los albores de un proceso de innovación distinto, ya no orientado a la biotecnología o las maquinarias, sino a los datos y las decisiones en tiempo real.
Testigo de esto son compañías locales que apuestan por la innovación y el desarrollo para, por ejemplo, incrementar la productividad de las cosechas, mientras reducen los costos.
Conocer los datos de cada hectárea, de humedad del suelo, de temperatura del ambiente, de radiación solar o de viento, sumado a imágenes provistas por drones permite tomar decisiones que aumentan notablemente la producción y evitan altos costos de errores en siembra, riego y cosecha.
Una nueva tecnología o aplicación se podría considerar un primer paso hacia la innovación siempre y cuando perdure en el tiempo.
Las barreras del «costo/beneficio» son altas por lo que la escalabilidad y la estandarización serán la clave para sortearlas.
En muchos casos, las mejores oportunidades se encuentran cuando la visión corporativa intenta salir del estándar, asumiendo riesgos, para lograr nuevos resultados. Esos son los pasos agigantados que generarían un salto de calidad e innovación en los negocios.
Si bien nadie puede hacer futurología acerca de cuánto más continuarán creciendo las tecnologías o de qué manera variarán las formas de hacer negocios, hay algo que está claro y que queda fuera de discusión: el cambio de paradigma ya está en marcha. Y no hay quien lo detenga.
Marcelo Guglielmucci
Gerente de Marketing y Planeamiento Comercial de Claro.