Como te conté en esta nota, el puerto de Olivos, la ciudad donde vivo en el norte del Gran Buenos Aires, es uno de mis lugares preferidos, por sus horizontes amplios, el viento fresco, el ruido de las embarcaciones, y un aroma decadente, consecuencia de décadas de olvidos y de marchas y contramarchas en el manejo estatal del área.
Recorrí la zona la tarde del 4 de abril de 2019, y aproveché la visita para probar la cámara de un teléfono móvil Motorola Moto G7.
[googlemaps https://www.google.com/maps/embed?pb=!1m18!1m12!1m3!1d26299.43953579707!2d-58.51575713490472!3d-34.5173336508227!2m3!1f0!2f0!3f0!3m2!1i1024!2i768!4f13.1!3m3!1m2!1s0x95bcb1427c554cad%3A0xdcf84c66263fce!2sPuerto+De+Olivos!5e0!3m2!1ses-419!2sar!4v1555591160396!5m2!1ses-419!2sar&w=600&h=450]El icónico espigón (cerrado al público por una obra que parecía una traqueotomía o endoscopía…) se llevó la mayoría de las tomas, algunas de ellas en una forma extra apaisado de 19:9, además de las nubes sobre el puerto y algunas panorámicas con el «skyline» de Buenos Aires al fondo, como podrás ver en la siguiente galería.