En el centro de Shanghái, la capital comercial de China, se encuentran resabios de la guerra del opio, que enfrentó a ese imperio asiático a mediados del siglo XIX con Francia, Inglaterra y los Estados Unidos, un conflicto protagonizado por bergantines y tropas armadas.
Las potencias occidentales triunfaron y abrieron barrios en esa ciudad, conocidos como concesiones, que tenían plena independencia del poder chino.
Casi dos siglos el panorama ha cambiado y hoy los conflictos son a través de intangibles como las tecnologías de la información y la comunicación, en torno a sistemas operativos como Android y las redes de quinta generación (5G), o cosas tangibles como los teléfonos móviles y la infraestructura de redes de telecomunicaciones.
El 19 de mayo a la noche se conoció un capítulo trascendente de esta guerra que enfrenta a los Estados Unidos y China: Huawei, el mayor fabricante chino de móviles y de tecnología 5G, y el segundo productor global de celulares, perdió a Google como el proveedor del sistema operativo de sus móviles.
La empresa dueña de Android no entregará más esa plataforma a la compañía china y tampoco brindará actualización a sus equipos que ya lo tengan.
Google comenzó a limitar este lunes los servicios de software que brinda a Huawei tras una orden de la Casa Blanca la semana pasada que restringió el acceso de la empresa china a la tecnología estadounidense.
Así, el enfoque de línea dura de la Casa Blanca amenaza con acelerar el desarrollo de dos mundos tecnológicos, aislando aún más a una quinta parte de los usuarios de Internet.
Puedes leer más sobre este tema en mi nota que se publicó en iProUP aquí.