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Soy un orgulloso ex alumno de la Escuela Normal Superior Número 2 «Mariano Acosta», en el barrio porteño de Once, también conocido como Balvanera, donde cursé por completo los ciclos primario y secundario.

Estudié los dos últimos años del secundario en 1981 y 1982 con un grupo de compañeros diferente de aquellos con los que había iniciado ese ciclo, porque repetí el cuarto año por una injusta sanción disciplinaria.

Me gradué con este grupo en 1982. Salvo con un excompañero, el apreciado colega Ariel Cohen, con quien coincido ocasionalmente en alguna actividad de prensa, con el resto de mis excompañeros no tuve más contacto en casi cuatrio décadas.

Mariano Priluka, el líder natural de aquella división del bachillerato de orientación docente del Mariano Acosta me invitó en 2016 a integrar y participar en un grupo en WhatsApp donde está la mayoría del grupo, incluso algunos que no finalizaron la secundaria conmigo como el bajista César Franov y el artista plástico Sergio Boccaccio, pero que habían cursado los primeros años del secundario en el Mariano Acosta.

Mis excompañeros se reunieron el 25 de septiembre de 2021, en la casa de Sergio, en el barrio porteño de Monserrat. Ya se habían reunido en otras ocasiones en años anteriores, pero no había podido concurrir.

A casi todos ellos, salvo el caso de Ariel, y una vez que coincidí con Mariano en la entrega de un premio periodístico, no veía desde ¡38 años y 9 meses!

La tarde de ese día confirmé a Mariano que iba a darme una vuelta para saludar. Por otros compromisos que tenía ese día podía estar sólo algo más de una hora.

Cuando llegué, Sergio abría la puerta de calle de su casa para despedir a Ariel. Subí con Sergio a la terraza de su hogar donde estaban mis excompañeros reunidos alrededor de una gran mesa repleta de bebidas de todo tipo, y comidas dulces para la merienda, además de café y mates individuales. Al lado de una parrilla estaban los restos del asado del almuerzo.

Sin saludar a nadie y con la mascarilla puesta, para dificultar que me reconocieran, entré decidido a la terraza y busqué a Mariano, quien hablaba sentado con un par de excompañeros, para darle una botella de una bebida que había llevado.

Damián Roverano Pablo Ravachini fue el primero en descubrirme y me identificó al exclamar «Derga», mi apodo de aquellos tiempos del Mariano Acosta, y abrió así unos 60 minutos de una experiencia gratificante e intensa. Fue un ejercicio movilizador de memoria, regado de carcajadas al recordar los tiempos en el Mariano Acosta, además de una rápida puesta al día.

Uno de mis excompañeros es Ignacio «Nacho» Corbalán, un gran fotógrafo, como puedes ver aquí. Con su cámara y su talento se dedicó a retratar ese breve pero cálido tiempo de reencuentro. Las siguientes fotos fueron compartidas en el grupo de WhatsApp.

A continuación, las fotografías de Nacho, fiel reflejo de su gran capacidad creativa fotográfica y de la alegría de ese reencuentro que espero profundizar en una próxima reunión con todos ellos.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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