“El entrevistado quiere leer la nota antes de su publicación”. Este planteo, que pone en juego los códigos operativos del periodista, se escucha algunas veces en las redacciones de los medios.
Pero en mayo sucedió algo inusual: el pedido fue blanqueado por uno de los periodistas más prestigiosos de la Argentina, Ezequiel Fernández Moores.
El entrevistado de este caso, un abogado penalista, le pidió a Fernández Morres que la charla que sostuvieron el 11 de mayo en un hotel de Buenos Aires “respete el formato de entrevista, con pregunta y respuesta. Y también quiere leerla antes de su publicación”.
Fernández Moores no aclaró en la nota, publicada el 16 de mayo en el diario La Nación, si accedió al pedido de su entrevistado de ver la nota antes de su publicación, aunque por la presentación da a entender que aceptó la solicitud acerca del formato.
¿Cuáles son los límites que debe tener un periodista ante estos pedidos de sus fuentes? Supongo que en el caso mencionado, Fernández Moores tuvo la oportunidad de hablar con una fuente muy difícil de conseguir y que accedió a esas condiciones con tal de tenerlo. Además, las preguntas publicadas demuestran la alta calidad profesional de este periodista, uno de los mejores cronistas deportivos de habla hispana.
En mi caso, no llegan a cinco los casos (ninguno en los actuales medios donde trabajo) que recuerde en casi 26 años de carrera donde debí entregar la nota al entrevistado antes de su publicación, y cuando lo hice fue por presión de mi editor que accedió al pedido de la fuente.
Cuando un entrevistado me solicita ver la nota, le respondo que no puedo por la política del medio y por una cuestión de respeto profesional propio. Si no está de acuerdo con lo expresado, puede recurrir a mis editores.
En el caso del medio que coedito desde hace ocho años, Pulso Cristiano,tiene una sección de carta de lectores, llamada «Latidos», donde hemos publicado textos extensos, aunque nunca de los entrevistados.
Puedes opinar sobre el tema en los comentarios o respondiendo a esta encuesta.
[polldaddy poll=6246679]Actualización al 22 de mayo de 2012: A sugerencia de Francisco Morere, en la tercera opción de la encuesta anterior agregué el siguiente desglose:
[polldaddy poll=6251877]
Consejo de editor: si le das la nota a leer a un entrevistado, te puede querer cambiar en muchos casos una palabra por otra. Muchas veces pueden ser bol—- desde el punto de vista periodístico, incluso te puede hacer comentarios gramaticales que son incorrecto. Resumen: pérdida de tiempo. Por mi parto pienso también que si la lee un entrevistado (en caso de notas de varios entrevistados) vas a tener que dársela a todos. Síntesis otro lio
Como te decía en Facebook, no estoy de acuerdo en que el entrevistado pueda leerla antes pero también creo que hay excepciones que sí lo ameritan y no sólo contribuyen con el profesional que realiza la nota sino también que le pueden agregar calidad a la nota, sobre todo cuando se trata de temas muy complejos.
Si. Se la muestro sin inconvenientes, en tanto ello no signifique un condicionamiento. ¿Querés verla? Tomá, leela. ¿Querés opinar algo? Sí, claro, decime. ¿Querés modificarla? No, lo lamento. Muy diferente es el condicionamiento previo: en ese caso no hay acuerdo posible sea cuál sea la fuente. Lo que importa, lo único que importa, a mi juicio, es la historia que se cuenta, su veracidad y el compromiso del autor. Mi profesionalismo no depende de una fuente, depende de qué tan fiel soy a mi condición de instrumento para garantizar el derecho a la información veraz.