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Internet

Los riesgos de la vida «tecnolíquida»

By 2 febrero, 2013febrero 1st, 2016No Comments

El uso de Internet tiene sus bondades y sus riesgos, por lo cual es conveniente analizar si uno es o no dependiente de la Red, y discernir si puede dominar las emociones que generan la web y, en especial, las redes sociales como Facebook y Twitter.

Un buen tiempo para encarar esa introspección son las vacaciones o los viajes, cuando se deben pasar largas etapas del día desconectado.

Se trata de una situación anormal en esta sociedad “tecnolíquida”, como la define el psiquiatra italiano Tonino Cantelli.

Tenemos a mano muchos dispositivos que nos pueden mantener en una conectividad permanente, donde es difícil distinguir los límites o el tiempo transcurrido, afectando muchas a otros propósitos u obligaciones.

Periodista en la sala de prensa del CES 2013, Las Vegas, EE.UU.

Periodista en la sala de prensa del CES 2013, Las Vegas, EE.UU.

Michela Pensavalli, psicóloga y psicoterapeuta italiana, advierte en ese sentido otro de los riesgos con que se encuentra el navegante moderno: la tendencia a abreviar las cosas y evitar los encuentros.

Si por un mensaje de texto o por mensajería instantánea como Whatsapp podemos explicar algo velozmente, ¿para qué extenderse o profundizar? O peor aún, si tenemos tantas plataformas de comunicación instantánea, ¿para qué encontrarnos? Al respecto, sugiero leer este excelente artículo del amigo y colega Ariel Torres.

También el usuario, en su necesidad de estar conectado, puede perder atención a lo que le dicen por ejemplo, en una clase o conferencia, por estar pendiente del modo velocísimo en que interactúan sus contactos y listas de interés “allá afuera”.

Internet ofrece, según Pensavalli emociones, relaciones no exentas de peligro y facilita las cosas para salir del “aburrimiento”.

Para otras personas, el tiempo pasa más rápido conectándose a la red, por lo tanto ayuda a evadirse. El usuario se predispone a evitar lo que no le gusta, y a elegir solo aquello que no le aburra; así como seleccionar lo que no lo ponga tenso ni le haga reflexionar mucho.

La ambivalencia hace presa de la persona, y así cuando se viven las relaciones humanas, y ante una situación real de convivencia, en que se exige más de uno mismo, se llega a creer que es hora de “cerrar la conexión”.

Pensavalli señala con acierto que las redes sacan de la persona sus lados más narcisistas, exhibicionistas y sin duda, lo voyerista.

El ciberespacio es un mundo donde se puede vivir, pero cuidando la calidad del uso que se le da y no dejándose dominar por los impulsos que este genera.

(Esta nota propia fue publicada originalmente en la edición 227 de Pulso Cristiano)

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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