Skip to main content
PolíticaReligión

Medio siglo después, el sueño de Martin Luther King Jr. sigue vigente

By 28 agosto, 2013octubre 11th, 2021No Comments

Al cumplirse el 50° aniversario del famoso discurso de Martin Luther King Jr., pastor bautista estadounidense y Premio Nobel de la Paz, te comparto la siguiente nota escrita desde la ciudad de Chicago por Carmelo Alvarez y difundida por la Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (ALC).

El 28 de agosto de 1963 el Rdo. Martin Luther King, Jr. marcó la historia de los Estados Unidos para siempre.

Se puede decir, incluso, que hay un antes y un después de su memorable discurso en las escalinatas del monumento a Abrahán Lincoln en Washington.

El tema central del sueño americano, tan mencionado y desgastado en la cultura dominante norteamericana, recuperó una vigencia que se necesitaba con urgencia. 

Martin Luther King Jr. Fuente: Wikimedia.

Martin Luther King Jr. Fuente: Wikimedia.

Porque reclamaba no sólo la justicia postergada hacia la población afro-americana sino que ponía en el tapete una dimensión esencial de lo que significa una sociedad equitativa y verdaderamente democrática.

Seguramente se evocará con nostalgia aquél discurso apasionado, profético y pertinente, y habrá quienes reclamen esa herencia.

La realidad es que 50 años después estamos en una encrucijada aquí en Estados Unidos que raya en la gravedad.

He de referirme a cuatro dimensiones que se nos plantean desde aquél discurso, y que reclaman acciones urgentes: el racismo, la xenofobia, el militarismo y la intolerancia religiosa.

El racismo y sus diversas expresiones sigue expresándose en formas solapadas y abiertas.

Ha recrudecido su presencia en actitudes que van desde el odio racial hasta la violencia racial en escuelas, lugares de recreo y hasta las iglesias.

Para nosotros y nosotras, personas de diversos colores y orígenes, es una lucha cotidiana vencer el esteriotipo y la clasificación racial para descalificar y marginar.

Martin Luther King Jr. Fuente: Wikimedia.

Martin Luther King Jr. Fuente: Wikimedia.

Y no olvidemos que la esclavitud que dominó a este país, como sistema de propiedad y esquema de explotación económica en los siglos XIX y XX, sigue manifestándose como esclavitud económica y social en siglo XXI.

La xenofobia, ese rechazo a la extranjera y al extraño ha cobrado una gran fuerza, fruto del miedo y la amenaza que siente la mayoría blanca.

Incluso, la mayoría de los euroamericanos ya olvidaron que fueron extranjeras y extraños alguna vez.

Y que sus ancestros tuvieron que luchar contra grupos dominantes que se erigieron como la normativa racial y social desde el poder.

Dos elementos esenciales aquí son la insistencia en demarcar la diferencia racial y social para discriminar.

Negando la realidad de que Estados Unidos es cada vez más un arcoíris que enriquece lo que esta sociedad puede llegar a ser si se considera más diversa, plural e inclusiva cada día.

El militarismo propende a fortalecer instituciones policiales y militares internamente, intentado proteger al país con nuevos muros fronterizos que van más allá de la frontera con México y se construyen como una gran fortaleza militar internacional que recrudece su presencia en el mundo y promueve intervenciones secretas y abiertas en distintas partes del planeta.

Martin Luther King Jr. Fuente: Wikimedia.

Martin Luther King Jr. Fuente: Wikimedia.

La legítima defensa del país se transforma en la agresión injustificada a los que se califican como enemigos.

Entonces, la intolerancia religiosa se torna en un instrumento de rechazo a las prácticas y expresiones de fe muy diversas, que irónicamente son designadas como sectarias y fundamentalistas por grupos fundamentalistas cristianos, que expresan convicciones marcadamente intolerantes.

La legítima profesión de fe conservadora se torna en la inquisición contemporánea que busca chivos expiatorios y herejes.

¿Frente a este panorama sombrío y desolador, qué hacer?

En el breve discurso de aquél 28 de agosto, Martin Luther King, Jr. compartió su alegría pero reclamó el ansia de libertad que alimentó a su pueblo afro-americano.

E insistió en la necesidad de superar la desigual y la injusticia con una verdadera reconciliación con paz y justicia para todos y todas.

El tono profético del pastor Martin Luther King, Jr., marcado por una gran pasión y ternura, conmovió a los Estados Unidos y al mundo en 1963.

Los que lo asesinaron cinco años después no pudieron apagar la luz y la visión de aquel profeta afro-americano.

El sueño está más vigente que nunca.

Hoy vibra en los indocumentados de tantos rincones de América latina y el Caribe, e incluso de europeos que buscan completar sus sueños.

Martin Luther King, Jr. emplazaría al presidente Barack Obama y al Congreso a que aprobara sin dilación una reforma migratoria justa. Reclamaría que sin ello el sueño americano está trunco y maltrecho.

Le urgiría a las iglesias cristianas y a todas las confesiones de fe en el país a unirse en una vocación de servicio y dedicación plena a la proclamación de la justicia divina en la plenitud del amor.

¡Y continuaría insistiendo en la esperanza que anima nuestro caminar por la historia, con renovado espíritu de compromiso y entrega para construir un mundo mejor!

Hoy más que nunca resuenan con claridad y gran vigencia estas palabras:

“Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, orar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, ponernos de pie por la libertad juntos, sabiendo que un día seremos libres”. (Discurso, “Yo tengo un sueño”, 28 de agosto 1963).

A ese sueño hemos de aferrarnos para seguir luchando en las circunstancias de hoy. La vida, ministerio y martirio del profeta-pastor Martin Luther King, Jr., será nuestra inspiración.

Porque los sueños y la visión del sol de justicia siguen vigentes.

 

 

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: