El 24 de abril se cumplieron 100 años del inicio del genocidio armenio, mi comunidad de origen por el lado paterno.
Uno de los desafíos que plantean el trabajo de recordar y homenajear a las víctimas y damnificados de estas tragedias es encarnar a esas personas para que dejen de ser una cifra, una más entre miles de protagonistas anónimos. Con ese propósito entrevisté a argentinos descendientes de sobrevivientes del genocidio.
En las siguientes líneas, el testimonio del contador público Damián Balderian, 31 años, residente en Buenos Aires.
-¿Qué parientes tuyos, que conociste en persona, vivieron en carne propia el genocidio?
-Mi abuelo paterno Artin Balderian.
-A partir de tus recuerdos y vivencias, ¿cómo impactó en ellos lo sucedido hace 100 años?
-Les cambió su vida radicalmente. A mi abuelo lo dejaron sin su familia, se crió en un orfanato. Luego, vino a este paraíso, así lo llamaba, Argentina.
-¿Cuál es tu posición y actitud ante el centenario del genocidio armenio?
-Memoria y justicia por el reconocimiento de este genocidio en memoria de mis antepasados.
-¿Cómo recuerdas el centenario del genocidio armenio?
-Asistí a la misa en memoria de los mártires en la Catedral Armenia y participé del acto central en el Luna Park. Por otra parte, difundo este tema con mis compañeros de trabajo no armenios.
Damián está casado, asistió al Colegio Armenio de Vicente López en primaria y secundaria. Durante cinco años formó parte del conjunto de baile Nairi (1997-2002) y de Hai Group, dedicándose a la realización de obras teatrales armenias para chicos.
Puedes leer las respuestas del resto de los entrevistados y otras notas sobre el centenario del genocidio armenio aquí.