Encontré la frase del título de esta nota el 29 de septiembre en un grafiti escrito en una pared del barrio Ciudad Vieja, en la ciudad de Montevideo.
Salí a pasear al atardecer por las ramblas de la capital uruguaya, pero la sudestada me obligó a volver al hotel.
Mientras regresaba por la rambla Francia en dirección al este, observé al llegar a la esquina con Misiones varios grafitis pintados en paredes de esta calle y edificios vecino.
En uno de los tantos edificios de monobloques que le dan a Montevideo cierto aire soviético estaba el grafiti, cuyo autor firmó con una sigla que aparece a la derecha.
Tomé la siguiente fotografía con un teléfono móvil Nokia Lumia 1020:
Cuando regresé al hotel, edité la foto en Camera 360 y quedó así:
Los uruguayos son conocidos por el ingenio de sus frases, y una de ellas es la que inspiró esta nota.
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