Desde 2005 me congrego en la Iglesia Presbiteriana San Andrés en la ciudad de Olivos, en el norte del Gran Buenos Aires.
Esta comunidad de fe tiene su sede tradicional en una capilla en Acasusso 1131, pero como consecuencia de su crecimiento numérico, celebra desde hace más de una década sus servicios dominicales («cultos», en otras denominaciones cristianas) en Roque Saénz Peña 601, en un salón de la Escuela Escocesa San Andrés, uno de los principales colegios de gestión privada de la Argentina y cuyas raíces históricas se encuentran en esta iglesia.
Así, el salón de actividades escolares especiales se convierte y funge los domingos de templo cristiano.
Para ello se colocan sillas de plástico, que luego del servicio se vuelven a apilar, y un mobiliario de madera de la iglesia, que incluye mesa, sillones, un atril y un púlpito, además de un ejemplar grande de la Biblia y flores, y ejemplares de las Escrituras que se entregan a las personas que asisten al culto.
En el escenario está la banda musical que sirve en la alabanza y la adoración y desde una oficina con ventanas al salón se controla el audio y el video.
El 3 de abril colaboré en esta área multimedia del servicio, por lo que llegué temprano al lugar.
Aproveché que el salón estaba vacío, y tomé las siguientes fotos con un teléfono móvil Huawei Mate 8.