En la última edición del CES, la mayor feria tecnológica y electrónica de los EE.UU,, no era posible caminar sobre el inmenso piso del centro de convenciones de la ciudad de Las Vegas sin tropezar con un orador, un dispositivo o incluso un robot que fueran compatibles con Alexa, el asistente de voz de Amazon.
El crecimiento de esta plataforma es tal que este 2017 podría ser el año de inflexión, en el que se pase de tocar y escribir en pantallas táctiles a gritar órdenes.
Plataformas similares, como Siri de Apple, Cortana de Microsoft, el Asistente de Google y Viv de Samsung, quieren ser el socio conversacional del usuario, pero la voz femenina de Amazon lidera la carrera con facilidad.
La magnitud del premio está sujeta a mucha especulación, pero las mejores estimaciones fijan el mercado para asistentes digitales en u$s3.600 millones para 2020.
En mi cobertura periodística del CES encontré entre el 5 y el 8 de enero decenas de dispositivos habilitados para Alexa.
Por ejemplo, Ford exhibió un coche que convoca al asistente virtual con un botón en el volante.
Klipsch construyó un altavoz con un agujero para Echo en la parte superior.
Los aparatos de Whirlpool responden a las órdenes dadas a través de Alexa.
Una heladera de LG funcionará con esta plataforma para reproducir música, establecer temporizadores y decirle cuántas cucharadas entran en una taza.
Huawei incluirá en su teléfono móvil Mate 9 (en la foto) a la voz femenina de Amazon.
Puedes leer más sobre Alexa en esta nota que publiqué en iProfesional.
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