Unos de los aromas irresistibles de la gastronomía argentina es el proveniente de la combustión de la grasa de carne vacuna y embutidos como el chorizo que chorrea sobre las brasas hechas al carbón o a la leña en una parrilla.
El humo generado por decenas de parrillas instaladas el 30 de marzo en la calzada de la avenida de Mayo, en el centro histórico porteño, atrajo a trabajadores de las oficinas aledañas, quienes se dieron el gusto de disfrutar de un sándwich de chorizo, vacío o bondiola, a pocos metros del café Tortoni, el más tradicional de Buenos Aires.
Ese día, pasadas las 13.00, estuve en esa zona por un trámite y aproveché la oportunidad para gozar de un buen «vacipan» en la esquina de Tacuarí y la avenida de Mayo.
El sándwich se podía aderezar con diferentes salsas, como criolla o chimichurri, o mayonesa o ketchup.
Había rollos de papel que servían de servilletas, además de gaseosas y cervezas.
A continuación, una galería de fotografías propias de este paisaje gastronómico, habitual en los días de manifestaciones populares.
Un rato después pasó por la avenida la marcha de dos centrales gremiales (CTA), el principal público al cual apuntaban los «carritos«, con precios de $50 para el «choripan» y de $70 para el resto de los sándwiches.
Como explicó en esta nota la colega Carolina Potocar, estos puestos gastronómicos florecieron en marzo, un mes que estuvo plagado de manifestaciones sindicales y políticas que se oponen a la administración Macri.