El proyecto «Escuela de música», de la Coordinación de Compromiso Social y Extensión y la Facultad de Artes y Ciencias Musicales de la Universidad Católica Argentina (UCA), fue el ganador de la categoría “Desarrollo humano integral” del premio «Poliedro por la paz».
Los premios son impulsados por la Comisión Nacional de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Argentina. Su objetivo es estimular un mayor compromiso por la paz en el mundo, según me informó la UCA en un comunicado.
La premiación se llevó a cabo el 7 de noviembre en el Salón Libertador del Palacio San Martín, en Buenos Aires.
La apertura de esta primera edición estuvo a cargo del presidente de la comisión, Emilio Inzaurraga, y de la vicepresidenta Gabriela Michetti.
La figura de la distinción, el poliedro, es una propuesta del papa Francisco para desarrollar una comunión en las diferencias: “El modelo a seguir no es la esfera, en la que se nivela cada relieve y desaparece cada diferencia; el modelo, en cambio, es el poliedro, que incluye una multiplicidad de elementos y respeta la unidad en la variedad”.
Dirigentes sociales, instituciones y organizaciones fueron destacados en las categorías “Cuidado de la creación”, “Defensa de la dignidad humana”, “Desarrollo humano integral”, “Educación para la paz”, “Convivencia y amistad social” y “Compromiso ciudadano”.
El jurado?estuvo?conformado por el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; el subsecretario de Culto, Alfredo Abriani; el economista Bernardo Kliksberg; el rabino Abraham Skorka; la presidenta de la Academia Nacional de Educación, Beatriz Balián de Tagtachian; Cristina Calvo, Odino Faccia y María Eugenia Di Paola.
La escuela comenzó en 2011 en la villa 1-11-14 en el marco del Programa Integral en Villas llevado adelante por la UCA.
Surgió como una iniciativa de alumnos de la Facultad de Artes y Ciencias Musicales para favorecer la inclusión social a través del arte, estimular el talento y brindar oportunidades.
Hoy tiene dos sedes, una en la Parroquia Madre del Pueblo del barrio porteño de Bajo Flores y otra en el Instituto Nuestra Señora de Fátima del barrio porteño de Villa Soldati.
Todos los años se realiza el concierto de fin de año, espacio abierto a la comunidad en el cual los alumnos interpretan piezas musicales con instrumentos de cuerda, viento y canto.
La interpretación está a cargo de niños y adolescentes de las dos sedes de la escuela: Bajo Flores y Villa Soldati.
Culmina con la presentación de la orquesta integrada por jóvenes de ambas villas.
El repertorio oncluye desde piezas clásicas y canciones populares hasta música del siglo XIX.