Completar una carrera universitaria de por sí es una experiencia desafiante, que fuerza al estudiante a dar lo mejor de su capacidad, y como no se trata de un paseo por el parque, es de suma importancia que el estudiante comprenda que la universidad exige una metamorfosis en conducta y actitud.
La universidad provee la oportunidad para que el joven administre sus estudios, su tiempo, su dinero, es decir, que administre su vida.
Para lograrlo con éxito, y completar esa carrera universitaria que pavimentará el camino hacia una provechosa vida laboral, es indispensable que el joven sea eficiente en las siguientes áreas:
- Organización.
- Técnicas y hábitos de estudio.
- Administración.
- Salud óptima.
El estudiante tiene que entender que la universidad exige un cambio de mentalidad ya que las clases requieren más dedicación, madurez y mucho compromiso con el acto de aprender, ya que al final de cuenta se trata de adquirir conocimientos que luego se utilizarán para ganarse la vida.
El primer año es crucial para el estudiante novato debido a que las exigencias académicas son mayores, y el ambiente universitario es muy diferente al de escuela superior por el choque de ideas y personalidades diversas.
La vida universitaria será más llevadera y productiva si el estudiante se esfuerza en entablar amistades y desarrollar lazos de colaboración, los cuales son ideales para el trabajo en equipo, la organización, colaboración y la disciplina.
Si vamos al detalle de los consejos básicos para lograr que la vida universitaria sea lo más provechosa posible, encontraremos que lo peor que le puede ocurrir a un estudiante universitario es ser desorganizado.
Lo primordial es organizar el tiempo para estudiar, basado en las materias o clases del semestre.
Es indispensable aprovechar el calendario digital para organizar el tiempo de clases y de estudio.
Ser organizado va de la mano con ser disciplinado. Es cuestión de distribuir las horas del día que tenemos entre clases, y aprovechar, de manera estructurada, cada espacio de tiempo.
Si entre dos clases hay tres horas disponibles, amerita utilizarlas para estudiar, para preparar los proyectos solicitados o para repasar previo a un examen.
En general, es muy conveniente asignar varias horas diarias para estudiar y alternar con breves periodos de descanso, para así evitar la fatiga mental.
Existen aplicaciones que ayudan al universitario a organizar su tiempo para estudiar, así como para bloquear distracciones, por ejemplo Study Checker, HomeWork, AnyDo y Studious.
De la organización pasemos al hábito de estudio. El hábito es ser consistente y disciplinado.
Las horas asignadas a estudiar tienen que respetarse; esta es una de las fases críticas de la vida estudiantil porque pone a prueba el compromiso y la determinación del estudiante.
Se recomienda dedicar las horas mañaneras para las materias más difíciles.
Uno de los enemigos principales del hábito de estudio es la procrastinación, que básicamente es dejar las tareas para después.
El ambiente de estudio también es importante. Ya sea una habitación o una biblioteca, el lugar debe ser cómodo, con buena iluminación y temperatura, que fomente la concentración y facilite el proceso de aprendizaje.
Para neutralizar y anular esos factores negativos, es que se recomienda organizarse, ser disciplinado al estudiar entre clases y, muy importante, cuidar la salud.
Los estudiantes tienden a desatender este aspecto vital y las consecuencias son gravísimas, porque afecta la salud y el aprendizaje.
El sueño por ejemplo es crucial para ayudar al cerebro a reprogramarse para almacenar información.
Si estas descansando, el cuerpo podrá resistir los periodos de trabajo extra que requerirán los exámenes y proyectos especiales.
La universidad forma y transforma, pero dependerá de cada estudiante el esforzarse en completar su carrera y convertirse en un profesional.
Valeria Porto
Directora de Recursos Humanos para PayPal America Latina.