Los niños en edad escolar necesitan alimentarse bien para tener un buen desarrollo físico, evitar enfermedades y tener la energía para estudiar y estar físicamente activos. Para ello, la alimentación es uno de los factores clave.
«Si no se alimenta bien el niño, este no solo aprende de manera inadecuada sino que su relación con el entorno a través del juego o el apego también es menor», explicó la nutricionista Teresa Cóccaro, responsable del área de nutrición en el Instituto de Neurociencias Buenos Aires (Ineba).
«La alimentación es un acto voluntario y consiente por lo que debe ser un acto educativo. El niño aprende por patrón de repetición, volviéndose esta acción una responsabilidad tanto de los padres como de las escuelas. Los chicos no deben hacer dieta, sino aprender a comer sano», agregó la especialista, en un comunicado que me envió el instituto.
Uno de los principales retos de los padres es enseñarles acerca de la importancia de las porciones, buscar el tiempo para diseñar el menú en familia o como parte de una actividad de la escuela, armar con el menor un menú saludable.
Tanto en el hogar como en el colegio se les debe enseñar a niños y jóvenes a alimentarse de manera variada y equilibrada, haciendo hincapié en una selección correcta de alimentos con el objetivo de cubrir las necesidades nutricionales y asegurando que el chico crezca sano.
«La escuela debe promover el enfoque de ‘educación completa´, por el cual además de proveer las herramientas necesarias para el correcto aprendizaje, debe formar jóvenes sanos», dijo Cóccaro.
Los chicos en edad escolar deben realizar cuatro comidas al día que incluyan todos los grupos alimentarios: lácteos descremados y derivados (como el yogurt), carnes magras y huevo, frutas y verduras, cereales (pan, galletas, pastas y arroz), aceites y azúcares (endulzantes light), eligiendo como principal hidratación el agua.
El nutriente más importante en el crecimiento y en el desarrollo intelectual y cognitivo de los niños es el hierro, por lo que su alimentación debe contemplarlo para que no se produzcan anemias o se produzca una baja en el desempeño educativo y el aprendizaje.
Está presenten en animales (carnes, huevos y lácteos fortificados) y en vegetales de hoja verde y legumbres. La recomendación es que se consuma todos los días.
«Si bien desde hace varios años las escuelas y los clubes donde se llevan a cabo las actividades escolares o deportivas tienen los llamados kioscos saludables, en los cuales, por ley, debe haber opciones de alimentos saludables bajos en grasa y sodio que puedan servir como colaciones o remplazos de almuerzos o meriendas durante la actividad lectiva o deportiva, aún más importante es saber armar la vianda que los chicos se llevan de casa», comentó la nutricionista.
La importancia del desayuno
El desayuno es la comida más importante del día aunque en la Argentina es la que se omite con más frecuencia.
Su consumo regular se ha asociado a mejores rendimientos académicos y mejores habilidades sociales.
Es un buen marcador de un estilo de vida saludable y, por tanto, puede influir positivamente en la prevención de la obesidad infantojuvenil.
El desayuno debe estar conformado por todos los grupos alimentarios.
- Lácteos: un vaso de leche o un vaso de yogurt.
- Carbohidratos: pan integral o de salvado; rapiditas integrales con queso y mermelada; almohaditas de avena; barrita de cereal; copos de maíz o copos con fibra.
- De vez en cuanto incluir un alfajor; budín; alguna torta que al niño le guste; galletitas dulces, siempre controlando y enseñando la importancia de la porción justa.
- Fruta fresca o frutas secas.
Almuerzo y snacks fuera de casa
Si el colegio cuenta con un comedor para el almuerzo, debe estar supervisado por un nutricionista.
Sin embargo, si el niño debe llevar vianda se recomienda que sea saludable y siempre controlando la porción:
- Platos principales: sándwiches en pan integral de pollo, carne roja, queso o huevo y vegetales; tartas de verduras, empanadas de verdura o choclo; budín de verduras y queso; ensaladas a base de pollo, huevo, arroz, fideos, legumbres y vegetales de estación.
- Colaciones para el recreo: frutas frescas de estación o frutas secas; yogurt con frutas o con cereales.
- Snacks saludables: tita, turrón, barrita de cereal, oblea de arroz bañada en chocolate, golosinas (en porción individual).
«Una alimentación saludable debe estar acompañada por actividad física recreativa que le permita al niño crecer saludable y divertirse. Los hábitos saludables es lo que deberá aprender a mantener en el tiempo y de esta manera evitar a futuro enfermedades asociadas al sobrepeso; la obesidad y las enfermedades cardiovasculares”, finalizó Cóccaro.
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