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Los números gubernamentales sobre la pobreza y la indigencia en la Argentina difundidos este 30 de septiembre son atroces, pero algunos de ellos presagian además un futuro muy oscuro para el país si no hay un profundo cambio de rumbo.

Me refiero al análisis por edad de estos datos, difundidos por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC): la franja etaria más afectada ha sido el de los niños de 0 a 14 años: 52,6% de ellos son pobres, unos 5.129.000 chicos, y 13,1% indigentes, un 1.111.000 niños.

La suma de estos números equivale a un poco menos de la mitad de la población de Buenos Aires y sus alrededores.

Los datos del INDEC se refieren al primer semestre de 2019. Desde el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) me compartieron el siguiente análisis:

«Como primera observación, es importante aclarar que estos datos son previos a la devaluación de agosto y, por lo tanto, constituyen el ‘piso’ de la crisis» posterior a las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto.

«La pobreza afectó a 35,4% de la población y la indigencia a 7,7%. Esto significa un incremento de 3,4 y 1 punto porcentual (p.p.) respecto del segundo semestre de 2018; respecto al primer semestre de 2018 el incremento es de 8,1 y 2,8 p.p.»

«Considerando que la EPH (encuesta permanente de hogares) representa 62,9% de la población total, la proyección al total del país implica que en la Argentina hay 15.928.500 personas por debajo de la línea de pobreza, y 3.450.250 indigentes».

«Si se compara con el segundo semestre de 2017, el punto más bajo de la serie según el INDEC, el incremento es de casi 10 p.p. en pobreza y casi 3 p.p. en indigencia, lo que representa 4.400.000 nuevos pobres y 1.300.000 nuevos indigentes».

«Según la estimación de CEPA, en el primer trimestre de 2019 la pobreza alcanzó al 34% de la población y la indigencia al 7%. Teniendo en cuenta que, metodológicamente, los datos semestrales se calculan como el promedio de los dos trimestres, se puede inferir que en el segundo trimestre la pobreza fue del 36,8% y la
indigencia del 8,4% (16.558.400 casos y 3.769.900 casos)».

«Estos datos no sólo se calculan en términos individuales. En el primer trimestre de 2019 la pobreza afectó al 25,4% de los hogares, mientras que la indigencia al 5,5% de los hogares».

El análisis por regiones arroja que las más afectadas fueron:

  • Concordia (52,9%).
  • Gran Resistencia (46,9%).
  • Santiago del Estero (44,8%).
  • Salta (41,8%).
  • Corrientes (41,4%).
  • Gran Tucumán (40,4%).
  • Formosa (40,1%).
  • Gran Catamarca (40,1%).
  • Los partidos del Gran Buenos Aires (39,8%).
  • Posadas (39,8%).
  • Gran Mendoza (37,6%).

«El análisis por edad arroja que el estrato etario más afectado ha sido el de los niños y niñas de 0 a 14 años (52,6% pobres, 5.129.000 de casos, y 13,1% indigentes, 1.111.000 casos)».

«La metodología de pobreza por ingresos mide la proporción de la población que vive en hogares cuyos ingresos totales familiares no alcanzan a la denominada línea de pobreza-CBT (en el caso de hogares pobres) y/o la línea de indigencia-CBA (en el caso de indigentes)».

«La Canasta Básica Alimentaria (CBA) corresponde al costo de una canasta alimentaria mínima que incluye las calorías mínimas necesarias para estar ‘sano’. La Canasta Básica Total (CBT) incluye además otros bienes y servicios que representan una calidad ‘mínima’ de vida. Si un hogar no tiene ingresos que superen la CBT, es pobre. Y si no supera la CBA es indigente».

«La metodología por ingresos constituye una manera de medir la evolución de la pobreza/indigencia que no da cuenta cabalmente de las privaciones materiales de los hogares».

«De incluirse en la ecuación cuestiones indispensables como, por ejemplo, el costo de los alquileres, remedios (principalmente en el caso de los jubilados), pañales y alimentos específicos en los hogares con bebés; sin dudas el indicador arrojaría resultados aún más preocupantes».

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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