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Durante un simposio que se realizó en el centro C3 en el barrio porteño de Palermo se presentaron avances y desarrollos satelitales para órbita baja, un segmento que crece cada vez más. La baja de costos y la estandarización de la tecnología permite que nuevos países, empresas e instituciones incursionen en el sector espacial.

El “II Simposio Latinoamericano de Pequeños Satélites: Tecnologías avanzadas y sistemas distribuidos”, organizado por la Academia Internacional de Astronáutica, el Instituto Colomb de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), y la empresa rionegrina Invap, se presentaron las tendencias mundiales y los desarrollos tecnológicos asociados con este tipo de artefactos.

El objetivo principal del simposio es ofrecer oportunidades para intercambiar información, explorar nuevos conceptos y desarrollar nuevas relaciones de colaboraciones entre estudiantes, investigadores, la industria y la academia.

Los pequeños satélites que ocupan órbitas de baja altura permitieron democratizar el acceso al espacio para países con menos recursos, sobre todo gracias al abaratamiento de la tecnología y la reducción de los costos de la puesta en órbita.

En la órbita Leo, la más baja en la que se colocan satélites, a unos 400 kilómetros de altura, es posible ubicar artefactos con una electrónica similar a la que se usa en la Tierra, lo que permite tener costos muy bajos en comparación con artefactos más complejos como los que ocupan alturas más altas.

Países en vías de desarrollo, empresas privadas e instituciones académicas de diversas partes del mundo están poniendo en órbita satélites de poco más de un kilo y una vida útil de alrededor de dos años por solo unos pocos miles de dólares, algo inimaginable décadas atrás.

“La Argentina está en una etapa incipiente en lo que hace a pequeños satélites, con un proyecto comercial como es el de Satelogic. Tenemos una posición muy fuerte en satélites grandes, como el Saocom, los dos geoestacionarios de Arsat y la serie SAC de la Conae, pero en pequeños satélites estamos comenzando. Sin embargo, algunos visitantes que hemos tenido se han sorprendido con el nivel de los trabajos de los estudiantes. Si bien la Argentina es líder a nivel regional, tal vez haya que poner un poco más de énfasis en este sector, como lo está haciendo Brasil”, le dijo a la agencia TSS Livio Gratton, director del Instituto Colomb.

Durante una de las jornadas que tuvieron lugar en el Polo Científico de Palermo, expuso Makoto Kanazawa, director de la empresa japonesa Space BD, que presentó su plataforma de prueba de componentes espaciales y lanzamiento de satélites desde el módulo Kibo de la estación espacial internacional ISS.

Posee un brazo robótico que tiene la capacidad de lanzar satélites pequeños al espacio así como un sector externo de la ISS en el que se pueden probar componentes en el espacio exterior.

Se trata de una iniciativa comercial de acceso al espacio asociada a la Agencia Japonesa de Exploración del Espacio (JAXA), y este año ya se hicieron 16 lanzamientos de satélites desde la ISS.

En el simposio también se presentó el proyecto BIRDS, del también japonés Instituto de tecnología de Kyushu, que consiste en una plataforma de estandarización de satélites tipo «cubesat», de 10 centímetros de lado, que permiten la experimentación a muy bajo costo, lo que posibilitó que, por ejemplo, Paraguay pudiera acceder a su primer satélite.

Esta plataforma tiene la particularidad de que evita el uso de tornillos (mediante el uso de una estructura de aluminio doblado), que suelen ser un punto de falla durante la vibración que sufren estos artefactos durante el lanzamiento.

TSS le preguntó a Gratton si la falta de avances en el lanzador Tronador II que se produjo en estos últimos cuatro años podía generar problemas en el desarrollo de satélites pequeños, a lo que respondió:

“Los proyectos que van apareciendo pueden acomodarse con otros lanzamientos o incluso subirse a lanzamientos de misiones argentinas como el Saocom o Sabiamar para lanzarlos con esa misión. No hay misiones para lanzar, no están listas, entonces el problema de no tener el Tronador II no está generando todavía una dificultad para lanzar nuestros satélites”.

Clive Oates, de Tecnología Satelital Surrey, presentó las pruebas iniciales de su futura constelación de 117 satélites en órbita Leo con antenas de telecomunicaciones inalámbricas móviles de quinta generación (5G), que permitirán conexión a celulares prácticamente en todo el mundo con alta velocidad.

Esta tecnología podría ser muy útil en lugares sin cobertura de antenas terrenas o para trabajar como respaldo ante fallas en tierra.

La misma empresa presentó su sistema de satélites de limpieza de órbita que son capaces de empujar a tierra satélites pequeños en desuso, tanto mediante el uso de redes como de arpones.

La iniciativa podría ser útil en virtud de la gran cantidad de satélites que se lanzarán en diversas órbitas durante las próximas décadas.

Matías Alonso

Agencia TSS.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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