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Los hogares argentinos compuestos por sólo un varón como único sustento económico son cada vez menos, al tiempo que crecieron las familias compuestas por madres e hijos (monomarentales), y la cantidad de hogares con dos progenitores que hacen aportes económicos en el hogar, según un informe privado.

De acuerdo al informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), cuyo resumen me envió esta organización antes del próximo día del padre (en la Argentina, el 21 de junio de 2020), los hogares donde sólo el varón aporta a la economía del hogar cayeron de un 52% a un 22% entre 1986 y 2019.

Las familias monomarentales, por su parte, pasaron de representar un 8% en 1986 a un 13% del total de familias en 2019, y los hogares donde ambos progenitores sostienen económicamente el hogar se incrementaron de 23% al 40%.

Evolución de hogares según cantidad de proveedores. 1995-2019. Elaboración del CIPPEC a partir de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) Se consideran como proveedores a los jefes de hogar o cónyuges con ingresos positivos. Los datos corresponden a 17 áreas urbanas comparables a lo largo del periodo analizado.

En la Argentina, cada vez menos familias tienen hijos: entre 1986 y 2019 el porcentaje de familias con hijos cayó de 70 a 58%.

Sin embargo, este fenómeno no afecta por igual a familias de distintos sectores socioeconómicos, según el CIPPEC.

La presencia de niños en el hogar es más frecuente en los sectores de menos recursos, donde crece la proporción de hogares monomarentales o familias extendidas: hijos que viven con sus madres o con ambos progenitores, pero también con otros parientes o no parientes.

Por el contrario, las familias sin hijos y las unipersonales se concentran en los estratos de altos ingresos, según el CIPPEC.

«Son los hogares monomarentales los que suelen enfrentar mayores dificultades para lograr un cierto nivel de bienestar y para conciliar las responsabilidades de cuidado con la vida personal y laboral. Solo 69% de las jefas de hogares monomarentales participa del mercado laboral y sus ingresos son menores que los de sus contrapartes masculinas o de los hogares con dos proveedores».

Florencia Caro Sachetti, coordinadora del programa de protección social de CIPPEC.

De hecho, cuando los varones no habitan en el mismo hogar que sus hijos, como el caso de las parejas separadas o divorciadas, «suele incumplirse la responsabilidad de brindarles apoyo económico», advirtió el CIPPEC.

Del total de hogares monomarentales, el 32% recibe ingresos por cuota de alimentos. «Esta insuficiencia se da en todos los sectores socioeconómicos: solamente la mitad de los padres de los sectores de mayores ingresos y uno de cada cinco en los de menores ingresos cumplen con la cuota alimenticia», advierte el informe.

«Las transformaciones de las estructuras de los hogares requieren que las políticas públicas estén en sintonía con sus necesidades diversas. Sin embargo, el abordaje del Estado sigue suponiendo una familia nuclear tradicional, donde papá trabaja y mamá cuida».

José Florito, coordinador del programa de protección social de CIPPEC.

Según el centro, «un sistema integral y federal de cuidados proveería de tiempo para cuidar ampliando el régimen de licencias por nacimiento o adopción».

También «proveería dinero para cuidar, a través de un sistema de transferencias monetarias que llegue a todos los hogares con niños, niñas y adolescentes»; y otorgaría «espacios para cuidar, ampliando la cobertura de espacios de crianza, enseñanza y cuidado de calidad para la primera infancia».

«Estas políticas tienen un gran potencial para generar empleo y contribuir al PBI, por lo cual pueden tener un rol crucial en la reactivación económica», afirmó el centro.

«Estos tres pilares deben contemplar la diversidad de esquemas de cuidado que implementan las familias en la Argentina: se trata de dejar usar al formato de familia tradicional como punto de partida a la hora de pensar políticas públicas».

Gala Díaz Langou, directora del programa de protección social del CIPPEC.
César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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